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31 julio 2010

LA(S) LLENGUA(S) DELS VALENCIANS Y MANUEL SANCHIS GUARNER

Manuel sanchis guarner

Vaya por delante mi carencia de conocimientos filológicos, al tiempo que no tengo ningún reparo en manifestar que mi condición de castellano parlante no es óbice para cercenar mi interés acerca de lo referente a mi patria chica: Valencia; especialmente en su historia desde cuando fue fundada en el 138 a.C. por las huestes romanas tras sus bélicas campañas por tierras lusitanas.

Llegado a mis manos el libro de Manuel Sanchis Guarner “La llengua dels Valencians”, he tenido interés en su lectura. No por conocer cuál es una de nuestras lenguas vernáculas (lengua aprendida en el seno familiar según una de las acepciones de la RAL), sino por confirmar la actitud de su autor en cuanto la consideración que tuvo de la Lengua Valenciana que, según él, se ufanaba en defender.

Libro editado en 1933 a remolque de las “normas de Castellón de 1932”, y de las que hasta el momento se han publicitado sus “luces” pero silenciado sus sombras, cuya necesaria clarificación por parte de la Academia Valencia de la Lengua no se ha llevado a cabo, más bien atenta al interés político que al puramente filológico.

El que en la elección de mis lecturas haya sido el castellano, no me ha impedido recurrir a textos valencianos tantas cuantas veces ha sido de mi interés, como es el caso del libro que les hablo. Sin embargo, confieso, que en éste he tenido en parte de su lexicografía ciertas dificultades para su entendimiento, situación que nunca he sufrido en otras lecturas de textos valencianos.

Dicho todo esto y sin que exista en mi ánimo su descrédito personal, así como cuestionar su interés por el verdadero conocimiento de nuestra historia a lo que se dedicó Sanchis Guarner durante su vida, tal y como se deduce de forma implícita tras su lectura, cerradas las tapas del libro y llegado el momento de su reflexión final, cual resumen de otras parciales, capítulo tras capitulo, la sorpresa de la contradicción constante ha sido lo que más me ha llamado la atención en la actitud de Manuel Sanchis Guarner aflorada en sus páginas.

Ya en su comienzo define claramente qué somos los valencianos: “nacidos en Valencia, somos valencianos”. Portadores a la sazón de una Geografía, Historia, Economía y Cultura propia, así como de una lengua autóctona, estas premisas nos llevan al siguiente postulado, dice Sanchis Guarner: “la lengua de los valencianos, es el valenciano”. Abunda de inmediato y de forma ligera, que quién reniega de su lengua, es como si renegase de su madre, apostillando que tales personas se convierten de inmediato en unos seres insatisfechos y desgraciados que nunca podrán aspirar a otra cosa más que a la consideración de extranjeros. Como guinda de inicio no está nada mal para enfrentarse a las páginas de un libro en el que su autor trata de decirnos cuál es nuestra lengua, cuando lo que más parece según se avanza en su lectura es que Sanchis Guarner es pura contradicción y que sus aseveraciones más bien sean producto de unos intereses que aunque desconozco, puedo intuirlos.

Si nos hace pues portadores de una Geografía, Historia, Economía y Cultura propia - obviedad que considero innecesaria- bueno es pues que la conozcamos desde el 138 a.C., y en consecuencia valoremos sus aportaciones a la formación de nuestra personalidad.

Ciñéndome en todo momento a sus propias manifestaciones a lo largo del libro y según la historiografía de sus páginas que doy por buena debido al crédito que su autor me merece, veo cómo la misma conlleva a través de los siglos merced a quienes a nuestra tierra llegaron, una diversidad de lenguas forjadas en el crisol de nuestros antepasados, como lo fueron el latín –que se impuso rápidamente sobre la lengua de los primeros pobladores- el árabe, el valenciano, el catalán y el castellano. Lengua ésta última cuya introducción en nuestro Reino fue calando lentamente desde finales del siglo XV y comienzo del siguiente, sin ningún tipo de imposición que en momento alguno denuncia el autor.

Por lo que es fácil deducir que tan lengua nuestra es el castellano como lo es valenciano. Lengua ésta formada con su influencia arábiga, según el propio Sanchis Guarner manifiesta en diferentes ocasiones, y que hace innecesario afirmar cuál es nuestra lengua madre; lo que de hacerlo nos lleva a alejarnos de nuestra realidad histórica, social y cultural.

Así pues, nuestras ambas lenguas vernáculas proceden del latín -la lengua utilizada en los primeros diez siglos de nuestra historia- y en su lógica evolución, tan lengua propia es el valenciano como lo es el castellano, siendo ambos idiomas utilizados por la inmensa mayoría de la población, a excepción de los inmigrantes de los últimos años.

En su libro, Sanchis Guarner dedica un capitulo a la lengua que se hablaba en el sustrato mozárabe anterior a la Reconquista y aunque lo hace con “lengua chica”, reconoce la existencia de aportaciones romances en la zona oriental de el Andalus datadas en las zonas de Sagunto, Denia, Bocairente; así como el culto en la ciudad de Valencia como lugar de peregrinaje cristiano, situado extramuros en San Vicente de la Roqueta, y con el significativo reconocimiento de una familia mozárabe valenciana años antes de la llegada de Jaime I de la que nació San Pedro Pascual, “misionero cristiano en tierra de moros”. Lo que deja malparados a quienes mantienen su tesis de que fueron los catalanes quienes trajeron su lengua en la Reconquista y que con su repoblación la introdujeron de nuevo cuño.

Sin embargo, ¿Eran conscientes los catalanes que acompañaron a Jaime I de que su lengua era el catalán o lo era el lemosín? ¿Sólo se hablaba árabe en el Reino de Valencia musulmán? Acerca de esto Sanchis Guarner nos dice otra cosa. Se deduce pues, que de ser ciertas ambas teorías, en la más pura lógica fácilmente entendible tras un leve discernimiento, si la nueva lengua del Reino de Valencia hubiese sido el catalán, el pueblo como tal la hubiese reconocido, y el nombre de su Siglo de Oro hubiera sido diferente.

Sanchis Guarner no tiene ningún reparo en reconocerlo como el de la Lengua Valenciana, con el que alcanzó gran esplendor. Y además de razonarlo, lo explica con meridiana claridad aportando en este sentido gran cantidad de datos y alusiones a la valentina lengua.

Reconoce y exalta el autor la existencia del Siglo de Oro de la Lengua Valenciana, tanto en cuanto sus autores daban con normalidad la calificación de “valenciana” al conjunto de su obra literaria, atribuyendo el hecho a que en plena expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo, fuera la ciudad de Valencia su verdadero centro económico y cultural donde residían 75.000 habitantes –la segunda ciudad de España tras Toledo- mientras que en Barcelona apenas contaba 30.000, lo que según él justifica que la practica totalidad de los escritores de la Lengua Valenciana fueran valencianos.

Valencianos que por su propia voluntad se incorporaron tiempo después al Siglo de Oro de la Lengua Castellana con aportaciones importantes, como lo fueron las de Guillen de Castro, Virués y Timoneda, al tiempo que de nuestras imprentas, de especial relevancia en España, salían libros editados tanto en valenciano como en castellano, así como otras publicaciones en latín cuyo uso aún era vigente tanto en documentos oficiales como en las aulas. Practica docente que desgraciadamente ha pasado mejor vida en los tiempos actuales.

Es sorprendente que mientras que en la actualidad se crítica con dureza la persecución a que fuera sometida la lengua valenciana tras la Guerra de Sucesión (cuando ya el castellano se había introducido con anterioridad en el Reino de Valencia según el propio Sanchis Guarner manifiesta) fruto de la erudición del setecientos diversas Bibliotecas Valencianas: Rodríguez 1703, Ximeno 1747, Ponz 1772 y Villanueva 1803, desempolvaban los viejos escritores clásicos valencianos y redescubrían su gloria. Cuanto poco, sorprendente, si hacemos caso a la denuncia manifiestamente malintencionada de su persecución, gestada en nuestros días en gran medida desde la ignorancia.

Pese a no estar en el ánimo del Siglo de la Luces, la restauración de la lengua ni el resurgimiento de la literatura culta autóctona, dice Sanchis Guarner, vemos el caso del principal personaje de la ilustración valenciana Mayans y Siscar, competente investigador de la filología castellana, pero al mismo tiempo interesado en la edición de un diccionario castellano-valenciano. Y mientras la clase docta desdeñaba el valenciano el estamento popular lo mantenía, tanto en cuanto avanzado el siglo XVIII, aumentaba su peso en la sociedad publicándose numerosas obras satíricas en lengua valenciana. El notario Carlos Ros (1703-1773) tuvo un gran éxito como escritor populista y su obra en valenciano tuvo una gran difusión. En su faceta como editor rescató una buena parte de la literatura clásica valenciana, tarea a la que se sumó Manuel Joaquín Sanelo (1760-1827) con su notable “Diccionario Valenciano-Castellano”.

Ya en el XIX, en el Cap i Casal, hubo prensa en valenciano, destacando “el Mole” de 1837: el primer periódico editado en España en lengua no castellana; así como El Cresol, La Donsayna, El Tabalet y el Sueco, siendo sus mejores redactores Bonilla, Pascual Pérez y Bernat i Baldovi, quienes utilizaban sus artículos para ensalzar la política liberal pero no el valencianismo, toda vez que era partidarios del Constitucionalismo español.

A finales de siglo se crea “Lo Rat Penat” (1878) como sociedad animadora de las glorias valencianas; en nuestros días, aún vigente y con la misma actitud.

Abunda en todo ello Sanchis Guarner entrando en los detalles de cómo se gestó la Reinaxença Valenciana en la que Llorente Olivares y Vicente Boix fueron sus principales valedores, pero dentro del concepto de la nación española. Echa en parte la culpa de ello a Vicente Blasco Ibáñez por escribir en castellano, cuyo impacto sobre el pueblo iba creciendo como la espuma, y que de haberlo hecho en valenciano, la Reinaxença se hubiera consolidado políticamente a semejanza de la catalana, según Sanchis Guarner se atreve a vaticinar. Vaticinio errado, porque si la Reinaxença Catalana se hizo en clave política desdeñando lo español y sembrando la discordia, la Reinaxença Valenciana fue exclusivamente cultural y con el sello de su españolidad, como no podía ser de otra manera.

Reeditado el libro en su cuarta edición en 1972, Sanchis Guarner fija su atención al interés en divulgar la lengua valenciana una vez finalizada la guerra civil con la editorial “Torre” que inicia su andadura en 1942 y tres años después alcanza una amplitud y madurez bastante notorias. En 1949 publica la editorial la Gramática Valenciana y en los años 1952, 1959 y 1966 son publicados por Carlos Salvador sus “Lecciones sobre la Gramática Valenciana”. Destacan de aquella época los cursos en valenciano de “Lo Rat Penat” desde 1949. Año en que inicia su andadura la editorial “Lletres Valencianes” y en 1955 Sicania, que dio numerosos nombres a la literatura valenciana de prestigio reconocido citados por el autor.

En 1959 la Universidad de Valencia creó “L’Aula Ausias March”, lo que iba a significar pocos años después el caballo de Troya del pancatalanismo en la sociedad valenciana en detrimento de la personalidad de la Lengua Valenciana, escribiendo de tal guisa una de las páginas más negras de la Universidad Valenciana que algún día avergonzará a sus rectores a poco que vuelva a convertirse en centro de debate. Condición ésta erradicada en su claustro en los últimos cincuenta años.

Sin embargo y con todos los antecedentes históricos que tanta gloria dieron a la Lengua Valenciana y que por si solos son suficientes para encumbrarla en lo más alto, Sanchis Guarner en su contradicción más lacerante, se inclina por supeditarla a la Lengua Catalana nacidas de la misma raíz, pese a que según sus propias manifestaciones fue la catalana recogiendo el poso de la influencia francesa al haber estado sometidos los condados catalanes -salvo el de Barcelona que ya lo estuviera antes- al imperio carolingio hasta el tratado de Corbeil en 1258, mientras que la influencia morisca en la Lengua Valenciana lo fue hasta 1609 en una largo periodo de nueve siglos en lo que Sanchis Guarner hace hincapié, insistiendo en la influencia mozárabe sobre nuestra lengua.

A la pregunta que alguien quiera hacerse del por qué el aranés, -del mismo origen que el catalán y valenciano- tiene la consideración de Lengua propia y diferenciada, la única respuesta válida es la de que el celo de los próceres del valle pirenaico lo hizo posible, mientras que tal actitud no se corresponde con uno de los sectores políticos del pueblo valenciano que rendidos al mimetismo catalán y alimentados de una impropia e indocumentada animadversión hacia Castilla, les aleja de la realidad social y cultural valenciana: realidad que no tuvo empacho alguno en interpretar y asimilar fielmente la generación del 27 gracias a su intelectualidad manifiesta.

Sirva igualmente de ejemplo el reconocimiento de la Lengua Portuguesa y la Lengua Gallega que, del mismo origen, mantienen su status por la decidida vocación de mantener sus diferencias en quienes velan por sus singularidades; tal y como sucede en otros casos semejantes.

Manuel Sanchis Guarner fue expulsado de “Lo Rat Penat” en los años 60 por su clara posición en defensa de la unidad de la lengua valenciana y catalana, cuyos argumentos expone en profundidad a lo largo de sus páginas, pero dentro de la gran contradicción de sus propias aseveraciones, algunas de ellas lapidarias. He ahí su gran confusión, cuyos verdaderos motivos sólo los más allegados conocen.

Pero de lo que no hay duda alguna es que con la materia que utiliza a lo largo de sus páginas a favor de la catalanidad de la lengua, las razones históricas para defender la personalidad propia y diferenciada de la Lengua Valenciana, igualmente las tenía sobradas.

27 julio 2010

LA CALLE CAÑETE



Cerca de las Torres de Cuarte
hay una fiesta muy antigua
donde un rumboso vecindario
conserva su fiesta viva:
la de nuestro Beato.

Conoce uno más de los rincones de mi ciudad. Creo que vale la pena.

23 julio 2010

¡ Y LO VAIS A VIVIR !

y lo vais a vivir

“Estamos mucho mejor de lo que parece y lo vais a vivir”.

Esta es la última frase salida de los labios de Rodríguez Zapatero en ocasión de la celebración de su décimo aniversario como Secretario General del PSOE. Es el tiempo y sólo el tiempo el que nos ha llevado a la conclusión de que las frases de Zapatero en ciertas ocasiones se han ganado con todo merecimiento el calificativo de lapidarias. ¡Vaya que sí!

Al estar todas ellas aún vivas en nuestra memoria, incluso en la de él mismo, hacer un repaso a las más osadas sólo nos llevaría a una pérdida del tiempo, tarea a la que está acostumbrado nuestro Presidente. O sea dicho de forma más exacta: observando cómo discurre (el tiempo), por si de paso escampa.

... Y lo vais a vivir”. Lapidaria y contundente. Nada nos gustaría más que contemplar tal escenario, pero salido de su boca ante la flor y nata de su partido - una vez abandonado Rodiezmo- es como percibir la sensación de un latigazo que nos inmoviliza.

A la pregunta que nos hacemos de que qué es lo que hemos hecho para merecer esto, la respuesta nos deja sumidos ante la indefensión, incluso con la necesaria resignación cristiana que, reservada a los creyentes, tanto necesitamos.

¿Qué es lo que vamos a vivir?

¿Se atreverá Rodríguez Zapatero a expresarlo así de claro ante la opinión pública fuera de una campaña electoral luciendo falsas credenciales junto a la desconfianza que su persona merece?

¿Por qué no te callas?

No estaría de más que alguien de su partido le diera éste consejo a micrófono cerrado, por supuesto. Pero temo que cuando la sonrisa en su cara es permanente, es porque la cera en sus oídos debe tener tal consistencia, que su volumen es inversamente proporcional al de sus conocimientos, lo que le sitúa en una especie de limbo vedado a toda critica personal, pero dispuesto a las lisonjas de orgásmicos placebos.

ZAPATERO Y BERLUSCONI



UN VIDEO CENSURADO EN LOS MEDIOS AFINES DE ESPAÑA

16 julio 2010

EL DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN

El Debate sobre el estado de la nacion

El recién terminado debate sobre el estado de la Nación sirve mejor para conocer el verdadero talante de quien nos gobierna que para saber lo de cierto que hay en la situación que su propio enunciado advierte. Cuestión por otra parte baladí, toda vez que la realidad la conocemos todos. Lo que escuchar en estas cuitas al actual Presidente de la Nación nos produce cierto bochorno.

La crueldad del bochorno-que ya está demasiado tiempo conviviendo entre nosotros- contrasta con la docilidad de la frágil brisa. Basta con su agradable y tenue presencia para que la sensación de agobio se apacigüe, el bienestar se acomode y el regreso a lo placentero haya sido cual encuentro de un atajo con el que no contabas, liberándonos de la pesadilla.

La brisa pues, es como el plan Zapatero que nos anuncian en los telediarios, pero que a su final, el pronosticador del tiempo con sus juegos de isobaras y cálculos de probabilidades cuestiona de su presencia, lo que nos retorna a la razonable duda de que el margen de esperanza está en mínimos.

Don Miguel de Cervantes no tenía duda alguna de la existencia de los molinos de viento como enemigos amenazantes; cuando vio el peligro que encerraban, en lugar de ignorarlo, lanza en ristre trató de liberarse de su agobio. Era todo un intelectual.

Su único error, el de Cervantes, resulta en que no es él quién cabalga al lomo de Rocinante, sino un personaje creado a si mismo en su locura, a caballo de un mundo feliz, pero que en su afán de protagonista, lo único que nos ha mostrado en su equipaje tras un largo viaje de seis años, ya demasiados, han sido las mentiras de sus alforjas, el descrédito de su escudo y la torpeza de su lanza, todo ello camino hacia la inutilidad y con la sonrisa en sus mofletes, tanto hacia los que le siguen en manada, como de quienes conociéndole, de él desconfiamos.

Ello no es óbice para que se considere un iluminado navegando en soledad, abandonado por su séquito de notables, convencido, no obstante, en ser el llamado a desfacer unos entuertos de los que no se siente responsable, pese haberlos alimentado y engordado en su propia imaginación con aderezos de maligna.

15 julio 2010

ÓMNIUM, SÍ; CULTURAL, PRESUNTO

omnium cultural

Hay mentiras que en su abundancia son de muy difícil medición, pero mentiras que mondas y lirondas al fin y al cabo resultan útiles para los necesitados de solventar un complejo de superioridad macerado a base de falsos postulados. Supuestos más bien propios de la inmadurez del mimado hijo que teniéndolo todo, no alcanza ni a valorar ni a agradecer la cantidad de agasajos que ha recibido a lo largo de su vida y que mejor hubiese sido se hubieran dedicado a otros más menesterosos.

La presidenta del Ómnium Cultural nos habla de un Alto Tribunal deslegitimado cuando es ella misma quien desde la postura más mentecata se deslegitima por si sola, tanto en cuanto lanza dardos envenenados contra la soberanía nacional emanada constitucionalmente en 1978, reivindicada, votada y aceptada de forma mayoritaria por todos.

Constitución soberana pero desvirtuada en el tiempo por una decidida "formación del espíritu nacional" desde la televisión ahora en color de TV3, que bajo su batuta clama en sus permanentes soflamas en aras de una tierra prometida cual ignaro vocero, en cuyo fuero interno, aquello de una unidad de destino en lo universal lo mantiene vigente.

Vocerío dedicado tanto a adocenar su audiencia como a la negación de un vigente sentimiento español que tratan de usurpar. Para ello, utiliza la desvergüenza de las bambalinas que luce la caja tonta a cargo una pandilla de mequetrefes que malintencionadamente tratan de fecundar en infecta probeta un sucedáneo de embrión de padres inexistentes.

11 julio 2010

RUBALCABA CABALGA DE NUEVO

rubalcaba cabalga de nuevo

Pocas veces la segunda parte de una película -como pudiera ser la que con pretensiones de éxito se lanzó hacia el estrellato a base de una gran acción publicitaria- ha logrado el éxito que tuvo la primera.

Lo cierto es, que conseguido en principio el triunfo deseado y a satisfacción de sus adictos, la necesidad de seguir con la manivela es un deseo irrefrenable al que no se puede sucumbir. Ello es debido en parte al “veneno” que lleva en su sangre cualquier director que se precie, más si cabe,  al verse sometido a la demanda de quienes prisioneros de su enamoramiento, disfrutan con placer ante cualquier nueva escenificación que se les ofrezca.

Por lo que la sombra siniestra e inasequible al desaliento de Rubalcaba cabalga de nuevo.

En su empecinado acoso a los políticos del Partido Popular, especialmente en la Comunidad Valenciana, ha puesto ahora sus ojos en la Provincia de Alicante y con un gran despliegue policial, que para sí lo hubiésemos deseado en otras acciones tan necesarias para la “salud” ciudadana, y sin orden judicial alguna, ha fijado su atención en la cabeza política del partido alicantino; lo que ha servido para llenar las cabeceras y noticiarios de la vida nacional al menos por un día. No terminará ahí la farsa, pues luego vendrá el recuelo.

Todo huele a podrido en torno al equipo de Gobierno de Zapatero cuyas artes bien conocemos. Cuanto más alto pone el listón de su acoso al Estado de Derecho, con mayor facilidad lo supera ante el estupor y la indefensión del confiado ciudadano, pero dando ocasión al gozo y algarabía de quienes drogados por los efluvios de la infamia, cierran sus ojos ante la situación de deterioro no sólo en lo social y en lo económico, sino también en lo judicial.

En estos días hemos visto una película de nada menos que ochenta policías en acción: casi una centuria. Por lo que el presunto caso de corruptela se convirtió de repente en una persecución manifiesta envuelta de prepotencia.

¿Alguien en su sano juicio puede cree que tal despliegue policial lo fuese por una orden judicial?

Mucha, mucha, mucha policía, canta Joaquín Sabina. Demasiada, desde luego y desproporcionada al caso; salvo lo que se pretende, que es lo fijo, que el Partido Popular fuese un día más centro de atención de la vida nacional.

Vida nacional, que dicho sea de paso, enseñorea con orgullo su españolidad en toda nuestra piel de toro, banderas en mano, mientras que en su cuarteles de invierno se esconden los que guardan su cieno para la mejor ocasión que se propicie.

Muchas son las explicaciones que debiera dar Rubalcaba de su trasiego por las catacumbas de la justicia española; pero el exigirle ahora luz y taquígrafos al acoso y derribo del adversario, es un ejercicio tan inútil como lo fue la solicitud de que aclarase ente el Congreso de los Diputados la trama de la “operación faisán”, cuya competencia a él sólo concierne.

09 julio 2010

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Mapa de españa 

El Tribunal Constitucional ha fallado que la Constitución Española, cuya soberanía recae en el pueblo español, no conoce otra nación más que la española.

¿Acaso puede haber alguna otra? Por mucha falsa historiografía, por muchos políticos de dudosa reputación, por muy grande que sea la ignorancia y por muy perversas que sean las intenciones de quienes desean seguir manipulando a la opinión pública, mal que les pese a todos ellos, el Alto Tribunal ha fallado alto y claro.

Lo que es motivo de satisfacción para el ciudadano español que, al menos en esta ocasión, no se ha sentido engañado.

Por lo que nos felicitamos todos.

07 julio 2010

“OPERACIÓN GüRTEL”, QUE NO CASO.

operacion gurtel que no caso

Suele decirse que se sabe cómo empiezan las cosas, pero nunca cómo será su final. Y en parte, no es del todo cierto, porque en el origen de cualquier proceso varias pueden ser las causas que lo produce, descartada, por supuesto, la generación espontánea, en especial cuando anda por medio la condición humana que siempre barre para casa.

El origen del caso Gurtel fue fruto de la codicia por el vil metal. Viendo la ocasión para sacarle el mejor partido se puso en marcha una puesta en escena orquestada tras una cacería en la que sus músicos más importantes formaban parte de un entramado judicial en el que para su perfecto montaje no faltó la necesaria acción publicitaria, machacona en su insistencia, para que el llamado caso Gurtel se convirtiera en un cartel de primera fila durante todo el tiempo que fuera necesario, asegurando de tal guisa el “éxito empresarial” en el logro de una persecución implacable hacia Francisco Camps, dada la incapacidad de la izquierda para derrotarle en noble lid.

Toda una maniobra siniestramente dirigida, en el que un delincuente, Francisco Correa, pasó a segundo plano, y en la que el Partido Socialista acusa a la sazón al Partido Popular de financiarse ilegalmente, a semejanza de lo que en su propio beneficio es capaz de hacer cualquier miserable que imputa su propia ruindad a quien se quiere denigrar; sea por venganza mezquina, sea porque es la forma habitual del Partido Socialista sobre el que cabe la desvergüenza de haber actuado en la misma forma que denuncia con sentencias inapelables que portan en su espalda.

Para toda clase de insidias han recurrido a Ángel Luna, un político que en sus asechanzas pesa su paso por la Alcaldía de Alicante donde dejó una estela de sombras que ocultaron las luces, por lo que la figura de Paco Camps es más bien el limpio espejo en el que se refracta su vileza.

Así fue el inicio de la “operación Gurtel” y a poco tiempo llegará la hora de su final, en el que varias pueden ser las sentencias que cierren el caso:

Que se exculpe al Presidente Francisco Camps de todo hecho punible, incluso en la aceptación de los presuntos regalos. Esto no será óbice para que los sectarios de siempre consideren a Camps como hombre corrupto que debiera dimitir.

Que se exculpe al Presiente Francisco Camps porque la probable aceptación de unos regalos no presupone la contrapartida de acción prevaricadora actuando desde la legalidad. Esto no será óbice para que los sectarios de siempre consideren a Camps como hombre corrupto que debiera dimitir.

Que se exculpe al Presidente Francisco Camps en base a que toda su implicación se produce por la acción de un sastre corrupto, demandado por su propia empresa por la “confección” de facturas falsas con el intento de involucrar a políticos del Partido Popular. Esto no será óbice para que los sectarios de siempre consideren a Camps como hombre corrupto que debiera dimitir.

Que se exculpe al Presidente Francisco Camps en base a que quienes contra él han actuado por la vía judicial, lo han hecho con mala intención –ya hay sentencias en éste sentido. Esto no será óbice para que los sectarios de siempre consideren a Camps como hombre corrupto que debiera dimitir.

Los sectarios de siempre (con Rubalcaba a lo suyo), los que se ufanaron de que todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario, incluso tratando de “dignos ciudadanos” a terroristas asesinos mientras no se demostrara la acción de su delito, son los que han juzgado y sentenciado a un hombre honesto, en base, sobre todo, a la impudicia que les atesora, portadores dicho sea de paso como sucede con el PSOE, de una “verdadera memoria histórica” que prefieren ocultar para que no afloren sus desmanes.

04 julio 2010

MI NUEVO VECINO

mi nuevo vecino

 Hay días que incluso tras el paso de una noche de placentero descanso, sin pesadillas ni sueños de esos raros, un instante después de haber puesto las plantas de mis pies sobre el frío terrazo me encuentro como si estuviera alterado. Me pregunto entonces, que qué es lo que me sucede y no encuentro la respuesta adecuada que resuelva mi situación.

Muy recientemente, después de diversas pruebas analíticas, las habituales en su periodicidad, pues la edad así me lo aconseja, todos los valores resultantes están dentro de la normalidad; lo que indudablemente me tranquiliza.

Sin embargo, alguna extraña conexión de mi interior quizá no esté bien ajustada y puede que incida en la circulación de mi sistema nervioso produciendo con su descarga una pizca de desasosiego que activa las alarmas.

- Vas muy acelerado; eso es lo que te pasa- Me dice mi esposa cada vez que le transmito mi sensación de agobio.

El tabaco, el alcohol, la vida sedentaria y el exceso de kilos, dicen los vaticinadores graciosos, son los mejores números para resultar premiado ante el infarto temido. A los que sumando el estrés de la vida moderna hace por consiguiente que aumente el temor de forma gradual. Ausentes en mis hábitos diarios los números antes citados, aunque algún que otro kilo me sobre, es ese amanecer excitado lo que más me preocupa, ignorando su causa.

Quizás sea lo más conveniente alejar de mi mente ese temor. Más si cabe, cuando recibo la información de que un grupo de investigadores valencianos han llegado a la conclusión después de navegar por el interior del cuerpo humano, y al dar con la presencia de un gen conocido como ARF (que de forma casual imagino han descubierto) de que es él mismo el que predispone al infarto cuando su comportamiento es anómalo, en cuya circunstancia fustiga al miocardio programando su parada.

Los genes son como unos animalitos que cada uno va a lo suyo cual estrella errante que circula incansable por su galaxia particular. En ellos va el encargo de hacernos diferentes: que si rubios, que si morenos, que si de ojos rasgados, más altos o más gordos y de mejor o peor genio. Rematan su obra maestra en las huellas digitales: la señal de nuestra identidad.

No sé que tendrá contra mí ese gen tan especial y espero que me ignore; pero que ande suelto y a su libre albedrío dentro de mi cuerpo y sujeto a sus caprichos me deja indefenso, en mi más total incertidumbre. Espero al menos, que no se enoje conmigo y se encuentre como en su casa. Casa, que por supuesto además de ser la mía, es la única que tengo.