Ahí las tenemos: las dos Españas.
Y en una de sus muchas caricaturas, la que se sustenta desde
los medios. Dos programas que entre otras facetas podemos poner como ejemplo,
distantes y distintos, que diría Leopoldo Calvo Sotelo.
Uno de ellos, donde la
moderación y su abierta diversidad en la información, contrasta con el
radicalismo de otro que en la actualidad y desde su sectarismo más rancio,
alcanza cuotas que nos recuerdan tiempos pasados que su director no duda en
refrescar.
“Los desayunos TVE” es un programa añejo, ya de larga vida,
donde se comienza el día hablando de la actualidad, debatida por unos
contertulios cuyo común denominador se fundamenta en la mesura, temple que no
está reñido con la diversidad en el discernimiento que los habituales del
programa muestran.
Periodismo fresco al servicio del ciudadano normal que se
corresponde con el de la mayoría silenciosa, sufrida al mismo tiempo por el
atosigamiento a la que está sometida por el radicalismo de los de la acera de
enfrente, la otra España, dicho esto sin alusión a los integrantes de unas
recientes jornadas festivas, eufóricos por la bandera o estandarte que con los
colores del arco iris ostentan.
Y de la otra parte tenemos a un programa, “Al Rojo Vivo”,
que se vende con su panfletario y repetido “auténtico periodismo”, que
dispuesto a repetir machaconamente la misma noticia y repetidas veces durante
un día tras otro, deja de ser lo que pregona para convertirse en puro agitprop
al servicio de un ideario radical y populista que hace las delicias de esa otra
España, producto de la insidia, hábil en el juego sucio, dispuesta siempre al
fraccionamiento de la sociedad.
O lo que es lo mismo, a lo que en otros tiempos
se llamó guerracivilismo, que como los ojos del Guadiana aflora en los últimos
años, que aunque sea con matices, no lo es en lo fundamental. Básicamente
consiste en romper con los últimos ochenta años, para... ¡vuelta a empezar!
Antonio García Ferreras, nuevo adalid de un Largo Caballero quien
manifestó un día que si no se ganaba en las urnas, lo harían en la calle.
Claro está, entonces no había televisión.
1 comentario:
JULIO esta muy bien y loe entendido
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