Se cumplen diez años desde aquel trágico día en el que el terrorismo se cebó con España. Díez años en los que mi opinión al respecto no sé ha movido ni un ápice. Un acto terrorista que si algo demostró entonces y manifiesta ahora, es que la España cainita, continúa fiel a si misma.
Porque, ¿qué más da quien haya sido uno u otro terrorista, del signo que fuere, quien apretara el botón al desprecio humano?
Lo único cierto es que la víspera de las elecciones el Ministro del Interior anunció la detención de unos islamistas como presuntos autores de la masacre; y si alertaba de la participación de ETA en tan terrorífico acto y a la opinión publica, ante los hechos probados o no, de apenas hacía unos días del hallazgo de un vehículo terrorista y etarra en la estación ferroviaria de Chamartín, sencillamente lo que hacia era cumplir con su obligación.
Todo lo demás son zarandajas, y la demostración patente de la España cainita de siempre.
Sí importa, Julio, sí importa. Aquel atentado cambió nuestra trayectoria histórica, nos cambió a todos. Claro que importa quién lo hizo. De quién fue, no sólo la mano, sino también la idea.
ResponderEliminar¿Te imaginas que a los estadounidenses les hubiera dado igual quién mató a sus compatriotas?
Claro que importa, aunque sólo sea para que no vuelva a ocurrir.
Y, ¿quién lo hizo? Yo no lo sé. Aunque todo el espectro político y todos sus altavoces mediáticos me acusen de "conspiranoica", a día de hoy yo no sé quién lo hizo. Y yo sí quiero saber.
Caminante, no se trata de eso. El 11-S, no dividió a la opinión estadounidense.
ResponderEliminarSaludos