15 marzo 2014

LOS VIENTOS QUE SOPLAN

LOS VIENTOS QUE SOPLAN

 Dice nuestro escritor valenciano Santiago Posteguillo que las historias alternativas le inquietan, porque buscan cambiar lo que sucedió. Tiene razón. 

También se dice que la historia la escriben los vencedores y tengo mis dudas, porque lo cierto es que la historia no la escriben los hombres, sino los vientos que soplan. No es la misma historia la escrita por un vencedor de forma inmediata a los hechos, que si lo hiciera cincuenta años después. Simple cuestión de los vientos. También es cierto que cuando la escriben los vencidos la modifican, la sustituyen. Y deja de ser historia, lo que se convierte en un vulgar panfleto tendente a la “historiabasura”. 

Hay quienes cuentan la historia citando sólo a los reyes y a las batallas, las monarquías y las repúblicas, a las dinastías y sus cortesanos.

Sin embargo, configuran sus verdaderas páginas, quienes mencionan a las personas como los auténticos personajes con sus liderazgos y sus fatigas, con sus hábitos y tradiciones, aquellos que nos hablan de los pueblos y ciudades con sus creencias cercenadas, con sus avances frenados, con la perspectiva del momento al que ocurrieron los hechos, tan diferente a quienes la manipulan sin freno por encargo de bastardos intereses.

Son los representantes de la alquimia de la historia en busca del dorado, que no representa más que el anuncio de una  falsa pepita de oro ofrecida a un lector adoctrinado, tanto en cuanto ha dejado de ser historiografía para convertirse en la gran farsa de un burdo espectáculo con bambalinas de odio.

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