Diez meticulosos escaños han tenido la culpa. Con ellos
más en poder del PP o en el saco de Ciudadanos, Mariano Rajoy ya sería desde hace un par
de meses Presidente del Gobierno para los próximos cuatro años. Que no es moco
de pavo.
En cambio, ahí tenemos a Pedro Sánchez con su mochila de
intrigas cortesanas colgada a la espalda, mendigando por la piel de toro la abstención de Podemos ante una nueva petición de
investidura por su parte al Congreso de los Diputados. Mochila en la que en su interior y en un saquito, guarda
su urdido plan B: maquinar hacia un “Estado Federal” (que nadie sabe explicar en qué
consiste visto el actual Estado de las Autonomías) con la jauría que encabeza Pablo Iglesias, dejando en la estacada a
Ciudadanos con tres largos palmos de narices, para sumar a la postre y en la camarilla a los
nacionalistas. Que ansias y muchas tiene por ello.
Diez quisquillosos escaños han tenido la culpa de la debacle que se
avecina, debido a que un nuevo frentepopulismo, gestado en su día por Zapatero, ha aflorado tras voraz campaña mediática del “Sectario Club Social”, que, tras
el pasado 20-D, tuvo muy claro que la posibilidad de gobernar la izquierda era
cuestión de tiempo. A base de mercadeo, de mentiras y de regates en corto. O en
largo.
Unas nuevas elecciones DEPENDEN EN EXCLUSIVA de Podemos. Están cantadas si ve tras ellas la
posibilidad de engullir al PSOE dejando entre ambas formaciones tierra por
medio, para convertir de esa forma a los socialdemócratas en el relevo de IU
como partido marginal. Sólo así habrá nuevas elecciones. En cambio, si los
populistas ven que no le serán propicias, con su abstención, llevará a Pedro
Sánchez a la Moncloa, al que volverá a situar nuevamente entre la “caspa” en
marrullera oposición a la caza del "dorado".
El sueño dorado de Pablo Iglesias es introducir a España en
lo que él llama la “Europa del Sur”, la de la miseria. Más paro con una inflación en
desbocado aluvión por el tobogán de las ilusiones fallidas. Y hará todo lo
posible para ello, ahora, o dentro de cuatro años.
Y todo por diez escaños. También Judas vendió a Jesús. Luego se ahorcó.
Si es que fuera verdad que hubiese un programa coherente de progreso, pero me temo solo hay soberbia.
ResponderEliminarMaxnifico julio
ResponderEliminarMarcos, mucha soberbia y mucha mezquindad. Sin olvidarnos de la falta de decencia de la que presume la izquierda.
ResponderEliminarUn saludo
Vicente, muchas gracias.
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