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05 noviembre 2015

LOS ESPADONES


Durante el siglo XIX y hasta el periodo de la Restauración Borbónica (las únicas décadas de tranquilidad en los finales de aquel siglo) fue muy frecuente la puesta en escena de los llamados “espadones”. Salidos de los alrededores de la corte isabelina, “sable en mano”, que igual lo empuñaban con la diestra que con la siniestra, de una u otra forma, si algo significaban para España no era más que una forma de “mal gobierno” que en horas de normalidad democrática les hubiese llevado con sus huesos a la cárcel.  Circunstancia que ya se daba desde la vuelta al poder del llamado por el pueblo “el Deseado”, aclamación repetitiva durante todo el siglo XX que se mantiene vigente con gran vocación popular. Con especial entusiasmo tras la guerra civil, que cuales ojos del Guadiana, se observa en la actualidad en forma de “Diada”.

Los espadones y circunstancialmente espadonas, surgen de nuevo, en esta ocasión desde un fétido hemiciclo autonómico -cuyo mayor beneficio en “forma de pelas” y en la cuantía del tres, cuatro o cinco por ciento durante los últimos treinta y cinco años, se ha destinado a un clan familiar con su delfín adosado- con supuestas pretensiones democráticas, en unas leyes cuyo artículo fundamental se basa en el incumplimiento de nuestra Carta Magna, que una dama, Carmen Forcadell, en su martirologio político, se ufana de una legitimidad a la sazón usurpada a la soberanía nacional.

El espadón del XIX se corresponde con el golpista actual.

Cataluña lo tuvo y ahora también. Si en los años decimonónicos lograban su deseo por su privilegiada situación cortesana, la manipulación desde la caja tonta autonómica junto al adoctrinamiento en las escuelas que falsea las páginas de nuestra historia, ellos unidos, escenifican la mayor patochada de nuestros días, haciendo posible un esperpéntico “golpe de estado” fortalecido por una desvergonzada Fiscalía del Estado y ante un inepto Tribunal Constitucional, que más que combatir el despropósito, lo alientan.

Al menos en los últimos años.

1 comentario:

vicente dijo...

Julio eres un crak