No nos mientas Zapatero; pese a tu mala gestión en más de cinco años, fracaso tras fracaso y de escasos logros, no nos mientas más una vez hemos sabido de tu talante, del que por cierto ya ni mencionas ni blasonas.
Gracias a Internet podemos y debemos mandarte mensajes aunque la esperanza que los atiendas se difumina al igual que la posibilidad que tienes de controlar la red. Porque poner puertas al campo en este mundo virtual que inunda todo el planeta no es nada fácil y su logro un imposible; precisamente por su propia universalidad, que el disponer de la llave que lo haga posible no está en tus manos, tan lejos de tu alcance.
Es cierto que no es de recibo la gratuidad de las descargas y que está claro que el que algo quiere algo debe y tiene que pagarlo. Así pues, ahí están las grandes empresas, las multinacionales de la telecomunicación que cobran por prestar este servicio -y no poco a sus clientes- a las que bien pudieras pedirles el canon que pretendes y que de seguro te resultaría más fácil, al menos las que están en nuestro suelo hispano.
Pero no nos mientas Zapatero. Son muchos los que afirman que el nombramiento de Ángeles González-Sinde como Ministra de Cultura es para regular las descargas de internet y poner en marcha un canon que satisfaga los derechos de la propiedad intelectual de aquellos a quienes les pertenece, aunque, supongo tendrá también otras obligaciones al frente del mundo cultural de nuestra nación.
Ángeles González-Sinde, Directora de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España y guionista habitual de cine: sin dudar de su capacidad de gestión, no creo que tal currículo vitae sea el imprescindible para la eficaz dirección de un Ministerio que entre otras funciones está la de otorgar subvenciones al mundo del cine.
Así que no nos mientas Zapatero, pues más parece ser sea el mejor regalo a quienes de forma manifiesta, pancarta en ristre, entre engañosos guiones, bambalinas y otras zarandajas, con la ceja en alto publicitan tu sillón mientras ahora están silenciosos superados ya los cuatro millones de parados, pero que volverán a las andadas días antes de las elecciones tal y como hacen siempre para meterse con el Partido Popular. Si a algunos se les regala supuestos trajes por una supuesta prevaricación que ni menciona ni detalla el propio juez, tú, Presidente de Gobierno, regalas un Ministerio a quienes de forma clara levantan la ceja haciéndote un guiño. ¿Por qué será? Decía la Bombi.
Y lo regalas precisamente a quienes desde su sectarismo acostumbrado no han sabido encajar la sutil crítica de Juan Marsé al cine español, el recién ganador del Premio Cervantes. Dueños absolutos de la libertad de expresión, no toleran ninguna crítica y actúan con el habitual estilo de la izquierda española ya tan conocido. Para sí quisiera la corriente que dirige, domina y amedranta en el mundo del cine español, la dignidad que atesora Juan Marsé, y por supuesto, su capacidad artística y limpia trayectoria política. Nada que ver con la del “famoso” cantautor él, Víctor Manuel, con su oda a Franco: la que fue todo un poema.
Sería bueno y muy higiénico además, dar a conocer y comparar después ante la opinión pública, entre el total anual de películas subvencionadas a través de la Academia, cuyo dato ignoramos, y el número de las que sí sabemos que se estrenan en las pantallas en el mismo periodo de tiempo y que no llega a la media docena; de ellas, las que permanecen en taquilla más de siete días apenas llegan a tres; y más parece que éstas sean muchas.
Y si el importe subvencionado es menor que la recaudación de todo el año, no parece que sea la Presidenta de la Academia la mejor gestora para dirigir nada más y nada menos que todo un Ministerio. Salvo que el regalo al mundo del cine, como premio a su encomienda, sea la auténtica razón de su nombramiento.
Así que no nos mientas Zapatero. Que para ese viaje no hacen falta tales alforjas.
1 comentario:
Hablar de este pinocho, con su ya alargada nariz de mentiroso, está fuera de lugar porque no admite ni un consejo. Su lema, mantenerse con su "bla,bla,bla" aunque el pais se vaya al carajo. ("irse al carajo" = Echarsde algo a perder, tener mal fín (RAE))
Iván
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