Los castillos de naipes tienen el peligro de que por su pretensión al prodigio, al menor de los soplidos, incluso, al del impacto del vuelo de una mosca se derrumban rápido, aunque sea el caso de que con el recurso al pegamento y a su esnifado, duren cierto tiempo.
Es el caso de aquel invento electoral confeccionado sobre la marcha y con la música alucinógena del “queremos saber la verdad”, como aquel del “no a la guerra” que ahora justifican.
Ha bastado la actual legislatura del paro para dejar en evidencia los primeros cuatro años de Zapatero basados en la mentira, en los que el recurso a los castillos de naipes, hoy por los suelos, más bien resultó como el pan para hoy y el hambre para mañana.
Ello ha dejado en evidencia a quienes al esquilo del “pásalo” y a la fanfarria del “queremos saber”, en la actualidad se amparan tras el muro de su vanidad, que semejando al de Berlín, renuncian en su barrera a su propia libertad victimas de un ideario que manipulan, por el temor a su flagelo.
Si por sus obras les conoceréis, dice la cita bíblica, en sus mentiras se encuentra lo mejor de sí mismos, o mejor dicho, lo peor que en ellos se esconde.
Zapatero y Rubalcaba levantan su vuelo sobre el sucio plumaje de un “faisán” que pese a su vuelo rasante y a vista de pájaro, es ignorado de forma ignominiosa por quienes se empecinaban en buscar la verdad, pero que como bien se demuestra, siempre entre las bambalinas de sus mentiras.
Y cada vez con la mayor de las evidencias, como lo demuestran “los de la ceja”, que, dueños de una denominación de origen furtiva, venden un producto adormecedor a los adictos a la manipulación.
Si a través de una de sus cejas giraron su mirada hacia la activista saharaui Aminato Haidar en su huelga de hambre, en la otra, bajan su párpado (los Bardem, el bufón de la oda a Franco, el Juanes, más otros sectarios afines entre los que destacan las declaraciones de Willy Toledo, un deleznable como persona y que como actor es un presunto) y en su consciente ceguera dejan al descubierto la miserable actitud de toda una panda fiel a la pancarta de baja estopa como garante de jugosas subvenciones que nutran su VISA ORO, a la que no renuncian. Y con su desprecio a los dos meses de huelga de hambre del cubano Orlando Zapata que le ha llevado a la muerte, sellan su afinidad a una ideología totalitaria a la que protegen, al tiempo que les define como personas que, con el culo al aire, merecen el desprecio por lo que de socialmente presumen.
Castillos en el aire, pero con los naipes de la indecencia, la mampostería de lo miserable y el diseño ruin de quienes como muñecos de barro se hunden en su propio lodo y a la vista de todos.
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