La festividad de la Inmaculada Concepción se celebró el pasado miércoles en la Catedral de Valencia en una misa oficiada por el Cardenal Antonio Cañizares por tan señalada fecha religiosa.
El Cardenal “en su camino hacía el Altar Mayor cruzó su mirada de complicidad con el Conseller Juan Cotino” (sic). Quiero imaginar situado en los bancos entre los fieles asistentes a la ceremonia litúrgica.
En una breve nota de prensa y en la página dos del Levante-EMV del día siguiente, o sea ayer, ha aparecido una escueta reseña haciendo referencia a la misa en la Catedral de la Seo con la única intención de resaltar el párrafo arriba entrecomillado y sin comentario o añadido alguno que aclarará la denuncia.
¿Mirada de complicidad?
¿Qué es lo que se esconde con tan maligno comentario? ¿Acaso corruptelas? ¿Acaso horas de orgías? ¿Amoríos? ¿Qué tipo de “complicidad” es la que se esconde entre ambos y el mensajero de turno ha adivinado silenciando su significado?
Porque no creo que sea el caso de una amistad institucional que en declaración semejante por parte de Francisco Camps con el Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, ya supieron utilizar los de siempre de forma desvergonzada sin importarle un pito atentar contra la dignidad profesional del Sr. De la Rúa.
Prensa basura tal cual, a semejanza de la que vemos a diario en las televisiones, pero con el uso de la insidia a la que nos tiene acostumbrado un periódico al servicio de la mentira, de la manipulación, y de la izquierda valenciana.
La práctica del libelo, inasequibles al desaliento, y con la única intención de hacer daño unidos en sus campañas de infamias y de calumnias.
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