De siempre, Amparo Larrañaga me ha parecido una actriz exquisita, profesional y de gusto refinado. Y a mayor mérito, por las formas utilizadas en el mundo al que pertenece, pero del que se aparta
Y si el cántaro que más suena es el más hueco, tenemos el ejemplo en ocasión de la entrega de los Goya. Un contubernio que nada tiene que ver con la mayoría de los profesionales de los focos y escenarios, quienes que por su silencio profesional y nada pancartero están alejados de aquel.
Que Amparo Larrañaga en unas declaraciones a la prensa ponga en el centro de sus críticas a la clase política en lo sucedido en Valencia, es una gran injusticia por parte de una comedida y excelente actriz, quizá dicho sin pensarlo.
Injusta acusación. Entre otras y muchas razones porque no es cierta.
Porque lo sucedido en Valencia está a mil años luz del grado de corrupción política alcanzado en Andalucía, desde la ciudad de Marbella hasta las cloacas de la Junta Andaluza con sus continuados expolios que han enriquecido a sus más altos cargos políticos con el dinero de los parados.
Y qué decir de Cataluña, donde desde el famoso tres por ciento y las fortunas acumuladas en las cuentas corrientes de quienes lideran o han liderado la Generalitat, al igual que las múltiples redadas y operaciones policiales contra sus políticos a quienes hemos visto con sus manos esposadas y que por lo visto parecen olvidadas, ello por la conveniencia de una prensa amarilla que trató de restarle importancia, mientras se empecinaba ésta por otras cuestiones de inferior calado y cuantía, fijando sus miras contra el Cap i Casal, cuyo único fin era el electoral.
Y qué decir de la capital de España, cuyo foco principal de un entramado corrupto se ha tratado de diluir también en perjuicio de Valencia, aquí donde las insidias han campado a sus anchas, engrasadas y por desgracia por una izquierda valenciana a cuyo esfuerzo se ha dedicado.
¿A qué se refiere nuestra admirada Amparo, de raíces paisanas?
¿A los tres trajes de Francisco Camps; a la adjudicación de la América Caps, a la venida del Papa, a la celebración de la Formula Uno: buena para Barcelona, mala para Valencia?
Sería bueno que lo aclarase; porque salvo los tres trajes citados, los demás eventos ahora tan criticados con argumentos ora ruines, ora falsos, fueron en su momento ensalzados por los valencianos, tanto en cuanto sirvieron cuales mejores plataformas para un mayor atractivo en el mercado turístico universal y en beneficio de la ciudad.
No en el bolsillo particular de conocidos políticos de Cataluña, Andalucía y Madrid.
Amparo Larrañaga, guapa y profesional actriz, háztelo mirar en tu injusticia. Pienso que fruto de un desafortunado desliz y no de la insidia y mezquindad tan propias de un sector valenciano de sobra conocido.
Quizá haya sido como consecuencia de una campaña mediática iniciada en su día, más interesada en focalizar en Valencia lo que corresponde a las citadas Comunidades, por obvias razones conocidas por todos.
Incluso por los que dicen ignorarlas.
1 comentario:
Bueno, he releido el comentario y no me he enterado de lo que ha dicho Larrañaga sobre Valencia.
Me lo puedes aclarar...
Iván
Publicar un comentario