El Ayuntamiento de Barcelona, disconforme con la versión de Isabel en TVE, ha puesto trabas negándose a la cesión de exteriores en la ciudad condal para la continuidad de la serie.
Lógico y normal. A nadie puede sorprender la actitud del consistorio catalán. La verdad histórica y la realidad de los hechos es un horizonte que desde la Generalitat catalana ha prohibido a todas las instituciones a su sombra, interesada como está en la manipulación constante optando por transformar el árbol genealógico de su historia en un bonsái confeccionado a su capricho.
Que los reyes de Aragón tuvieron problemas con los condes catalanes, tal y como se manifiesta en la serie, tanto en boca de Juan II como de su hijo Fernando es una realidad tan semejante como la de Vd lector que está leyendo estas líneas.
Los condes catalanes estaban más empeñados desde su más bélico feudalismo en el uso del mamporro tente tieso y la espada contras sus súbditos que otra cosa. Porque les venía de antiguo.
Ya lo intentaron contra el rey de Aragón Jaime I al que quisieron secuestrar los feudales Condes de Barcelona, cuando el resto de los condados y hasta el Ebro, pertenencia a Francia hasta 1258, veinte años después de la existencia del Reino de Valencia.
Ya lo intentaron a golpe de mamporro y en este caso feroz genocidio en la conquista de Mallorca en contra de los deseos del Conqueridor, quien cuando se decidió por la conquista de Valencia, lo hizo de tal manera creando Cortes, Fueros e instituciones civiles y religiosas con el único fin de que los condes de Barcelona, feudales ellos, no pudieran imponer la brutalidad de sus intenciones. Aquellos cuya única pluma era la de la espada y su mejor secante el de la guadaña.
Es así como se entiende que como fruto de tan aberrante forma de gobernar no fuera el mundo de la cultura el que existiera entonces entre ellos, y el Siglo de Oro de la Lengua Valenciana se ciñera en exclusiva a la ciudad de Valencia.
Que el Reino de Aragón tuviera la firme decisión de unirse a Castilla es un hecho innegable que ningún historiador, a excepción de quienes laboran el bonsái, puede negar.
Y esto, junto a las declaraciones del Rey de Aragón molesto con la cerril actitud de los condes de Barcelona es lo que incita al Ayuntamiento barcelonés para negarse a su colaboración a una serie televisiva que desde el rigor histórico aparece en la pantalla en una actitud la suya que si algún nombre tiene, le viene al pelo el de la censura previa, tanto en cuanto han podido tender sus redes a la mejor ocasión.
¿Hasta dónde es capaz de llegar aquella Cataluña que hasta hace apenas treinta años presumía de ser una región culta, europea y avanzada con pedigrí de un seny que de forma desvergonzada han mancillado?
Como el Guadiana, el germen feudal de los felones señores medievales florece y se pasea por las Ramblas hasta que surja un nuevo Rafael Casanova que alzando la voz, repita su histórica frase de ¡Viva el Rey, mueran los traidores!
Como buen español que era.
Germen feudal penosamente de actualidad en manos de quienes retuercen y crean su particular bonsái.
2 comentarios:
El comentario estupendo pero me mola el moldear el bonsai
El comentario estupendo pero me mola el moldear el bonsai
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