El 23 de Mayo de 1808, Vicente Domenech, “el palleter”, un valenciano que vendía pajuelas en la Plaza del Mercado de Valencia, al enterarse a través de la Gazeta de Madrid de los sucesos del 2 de Mayo y el destronamiento del rey español por parte del Emperador, inconforme con las instrucciones de los gobernantes afrancesados de nuestra ciudad, acudió a la Plaza de les Panses detrás de La Lonja, rompió los panfletos, cogió una caña, habilitó con su faja una bandera con una foto de Fernando VII y la “Maredeueta dels Desamparats”, se subió a una silla y declaró la guerra a Napoleón.
Cumplidos doscientos años, esta misma tarde y en el mismo lugar, hemos disfrutado los allí presentes de una recreación histórica cuyo simbolismo nos sirve de orgullo a todos los valencianos.
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Sin embargo, hace cien años, y en el primer centenario de la efeméride, no se hizo ningún acto homenaje en nuestra ciudad.
Eran los tiempos de que un ciego y confuso republicanismo hospedado en nuestra alcaldía, diera la espalda a un sentimiento español que, sin duda, ellos, no llegaron a comprender.
Y es que, como siempre, la historia no la escriben los hombres, sino los vientos que soplan.
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