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13 marzo 2009

ÁNGEL LUNA Y SUS VÓMITOS CRÓNICOS



Es de figura patética, sólo superada por su oratoria infame a cuyo ejercicio se dedica sin pelos en la lengua, dedicada ésta al aliviadero por el que verter el limo de su interior. Sobre la tarima de Les Corts asoma su cabeza y fija su presencia con sus brazos extendidos sobre el atril, dispuesto al inicio de sus habituales tufos que le salen de dentro: allí donde se mezcla la acidez de sus jugos con la podredumbre que le atenaza.

¿Dónde está el escabel?, me pregunto, en el que pudiera alzar, si la tuviera, su gallarda figura cuya falta tanto le acompleja. Me asalta pues la duda y me pregunto el por qué de su ausencia: la del escabel, me digo.

La respuesta me viene dada cuando le escucho, de la necesidad ineludible en Ángel Luna de estar más próximo del cuenco donde vomitar su pestilencia, la que al nacer de sus propias entrañas necesita de un lugar cercano donde volcar la acidez con el pus de una herida no curada, producto de su deambular eterno por los caminos de la oposición, cuyo zumo hediondo necesita derramar sobre el atril en el que se sustenta.

¿Qué mejor entonces que tener próximo a su boca el pozal de sus vomiteras renunciando al escabel desde el que mostrar su figura?

Diputado autonómico, acusador profesional, juez sin toga, verdugo frustrado y comisario político deseoso del parte de muerte: política por supuesto. Él acusa, él juzga y él sentencia, todo a una como Fuenteovejuna, en una práctica tantas veces utilizada y que en su aprendizaje ha logrado la mejor nota.

¿Para qué pues el escabel? ¡Mejor el atril en el que esconderse!


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese tío está en la luna. Oye que cantidad de publicidad aparece por ahí. ¿Has montado el negociete?.
Iván

Incongruente dijo...

No le conozco pero, conociéndote a tí y a tu sosegada pluma, mal pájaro debe volar por esos cielos políticos de tu tierra. No creas, que por estos lares háilos, y no uno, muchos, además sin conocimientos ni cultura.
El otro día tuve la suerte de estar charlando en un grupo en el que se encontraba un conocido político, (carrera de abogado incluida) del partido del poder e, inocentemente, como corresponde a mi edad y educación, le pregunté
-¿Como es posible que un hombre como tú vote a un hombre como ZP?
Su contestación fue tremendamente elocuente de lo que ocurre en España
-¿No pretenderás que le dé mi voto a esos m... del PP? Antes arruinado que darles ni aire.
Sonreí porque así me educaron. ¡Animos, Julio, ya queda menos!
No creas que no te llevo controlado el blog, lo que pasa es que no siempre tengo ánimos para dejarte unas letras. Saludos

Julio Cob dijo...

Muchas gracias Incongruente, yo también sigo tus reflexiones de las que tanto hay que aprender, así como sé de tu educación y buena crianza de la que tanto debiera aprender el contertulio de quien me hablas, y que como es habitual entre ellos, juzgan a los demás como se ven a sí mismos: una especie que para sobrevivir necesitan de sus mentiras.

Vent d Cabylia dijo...

Ostres, no havia sentit mai a ningú dir la paraula castellana "escabel". De fet no sabia ni que existia i només coneixia la paraula catalana "escambell", de la qual diu el diccionari de la RAE que probablement ha passat al castellà. Però el que no acabe de vore és el significat que li dones: el de escó ("escaño")? el de banqueta? o el de tarimeta per als peus? T'agrairia que saciares la meua curiositat.
Salutacions!

Julio Cob dijo...

Vicente: Con mucho gusto te lo explico.
El escabel tiene múltiples aplicaciones: es un pequeño mueble que sirve donde descansar los pies cuando se está cómodamente sentado en un sillón. También donde aliviar el mal de gota como lo hiciera sentado Carlos I en su retiro de Yuste colocando su pie sobre un sencillo escabel. Como también resulta ser un pequeño asiento y sin respaldo donde acomodar los glúteos. O entre otras aplicaciones, lugar donde auparse para aparentar ser más alto en cualquier foto de grupo.
Lógicamente, Angel Luna, cuando vuelca sus vomiteras sobre el atril en el que se apoya extendiendo los brazos, le resulta más conveniente estar a su ras, por lo que no necesita un escabel donde pudiera resaltar su gallarda figura, entre otras razones, porque no la tiene.

Te mando un cordial saludo y te recuerdo nuestro asunto pendiente.

Vent d Cabylia dijo...

Sí, sí, és que encara no he anat a València! Per cert, gràcies per l'explicació.