Isabel San Sebastián en recientes declaraciones ha manifestado que “cuando la realidad da asco, el mejor refugio es la literatura. Y la realidad de España está que da asco...” (sic)
Y desde su “refugio”, del que se sirve con pluma maestra para hacernos conocedores de una parte de nuestra historia, nos sitúa en los periodos lejanos de la Alta y Baja Edad Media mediante una serie de trabajos en sus últimos años que han ido dando cuerpo a una importante bibliografía en la que aporta la ocasión para el mejor conocimiento de una nación, la nuestra, la española, que se ve acosada desde su interior como pocas veces lo hiciera cualquier otra que se precie; en especial, en su licencia cultura y ya en pleno siglo XXI.
En las elecciones autonómicas que se vienen celebrando, en el día hoy, tendremos una prueba de ello. La de ver cómo una parte del electorado español es manipulado hasta el extremo de situarlo en el grupo de los ignaros, merced a su aceptación de las más descerebradas e inventadas “campañas imperiales” que jamás existieran en el negro sobre blanco.
Grupo de modistillas éste, que no hace más que producir cierta tristeza a la ciudadanía. Grupo que ha optado por la condición de súbditos, condición que ufanamente ostentan y se vanaglorian. Ciudadanía, por otra parte, a la que le basta la aplicación del sentido común, el mejor de los conocimientos.
Bien por Isabel que ha tenido las suficientes agallas y a su vez redaños para denunciar ante la opinión pública a los más bastardos politiquillos que han sabido emponzoñar a una parte del electorado tan vacío como desnortado de nuestro histórico pasado.
Que no sólo, qué también, es la corrupción política lo que nos asola, sino la carcoma incrustada en una parte de la sociedad; y que en consecuencia en poco o en nada contribuye hacía un horizonte mejor, asentado en el rigor de la historia y del que servirse.
“España está que da asco”, dice Isabel.
Y triste también por la pérdida de un personaje excepcional, Tony Leblanc”, quien desde su bondad y calidad artística ha contribuido a que nos sintiéramos mejor tantas cuantas veces nos ha manifestado la calidad de su arte, de la que hemos disfrutado. Calidad no sólo en el mundo del arte, sino también en su condición humana. Ello, pese haberse visto truncada su carrera artística por un fatal accidente, aunque desde su “refugio” ha tenido la fuerza suficiente para seguir ofreciendo lo mejor de sí mismo hasta el último día de su vida. El de hoy.
Gracias Tony. Por desde tu lucidez de siempre habernos hecho felices en tantos momentos dispares; y gracias Isabel por ilustrarnos con tu trabajo, mal que les pese a quienes optan al bullicio de la ignorancia, flotando por el carril de las ovejas.
¿Qué el sentimiento de Tony e Isabel es distinto.? Bueno… no tanto.
¿Su común denominador? El de sentirse español.
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