Es listo el Jordi Évole. Muy listo en su programa “Salvados” de La Sexta, al estilo de “Sálvame” de la Quinta aunque en distinto formato.
En España sabemos mucho del significado “salvador”, vamos, los salvadores de la Patria. Por lo visto el tema no sólo dejó escuela, sino que la posibilidad de muy buenas rentas. Vamos, un oasis en época de penurias que los "listillos" saben aprovechar a consta de quienes están dispuestos a escuchar aquello que les regala los oídos: dicha y placer.
Aunque vengan de las ondas más pestilentes de la radio fusión española, en este caso telebasura, término acuñado en los últimos años y en especial en lo que va de nuevo milenio.
Es listo el Jordí. Vaya si lo es. Por lo visto tiene su agenda repleta de aquellos temas que hacen enganchar ante la caja tonta a quienes la información veraz le viene al pairo.
Presumimos, y seguro que acertamos, de aquellos temas que Jordi Évole micrófono en ristre, jamás aireará obligado por los actuales censores. Una costumbre arraigada y que por las evidencias, sigue vigente en la vida española.
En la “Cepilladora” de VLC NEWS, de forma políticamente correcta pero con datos tan documentados como evidentes, contrastados, su autor, enumera, uno a uno, una surtida gama de corruptelas que sin duda alguna el listo de Jordi a las órdenes de la superioridad mediática dominante, de seguro que no procederá a su denuncia, entre otras razones porque a su audiencia le importa un carajo cual sea el volumen de la corrupción; sino más bien quién la hace.
Aunque su importe alcance el de un bolso del mejor diseño, o el de tres trajes a medida, obviando cuando los millones de euros van a los activos de quienes ellos admiran.
Y al eco de Jordi, vemos en el periódico Levante-EMV de hoy, fiel a su trayectoria desde 1940, cómo de la pluma de los tamborileros de siempre, aprovechan el tirón de “Salvados” y llenan sus páginas con la misma intención que no es otra más que la de defenestrar a Valencia y a lo valenciano.
Mientras gozan en sus crónicas cuando les alcanzan los tufos catalanufos que en ocasiones suceden en Valencia.
¡Vaya con el Jordi! Que junto al otro Jordi, el González, ambos de la misma mesnada, saben sacarle muy buenas rentas a la manipulación reinante en nuestros días a la que se someten con agrado, con múltiple satisfacción y mutuo gozo.
Ambos viven y muy bien del cuento, que no es otro más que el que le dicta un apuntador a cuyas órdenes actúan, mientras aumentan sus patrimonios a base de echar la carnaza a quienes muy bien saben.
Quienes con el mando a distancia esperan su hora.
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