“En la historia reciente de España los monarcas que tomaron partido causaron estragos” (Sic) Frase que ha salido de los labios de Miguel Martorell, un profesor de Historia en la UNED.
Sea cual fuere el contexto en el que el citado docente se expresa y en la que va implícita la referencia a la última declaración del actual Borbón como Jefe de Estado, igual resulta ser una falacia como la más exultante provocación.
No hay derecho que de la boca de quien dice ser “profesor de historia”, se expele tal aseveración, tanto en cuanto comparar la actuación de Juan Carlos I con sus antecesores de la misma dinastía, no se sostiene desde el rigor que se merece, sustituido por la ligereza en la hora de manifestarse.
Jamás ha habido un monarca desde Fernando VII, que respetase tan al pie de la letra la Constitución vigente en cada momento como el actual monarca español, y con la responsabilidad que el cargo exige.
Igualmente, diría yo, y en comparación a cualquier otro ciudadano; incluido y por supuesto, los profesores de historia, a quienes supera en respeto a la Carta Magna, tanto en el fondo como en la forma. Y si nunca se debe de generalizar, ver cómo se expresa el Sr. Martorell y los ecos que surgen del mundo estudiantil, hacerlo en este caso no es baladí.
Y si es así, si el profesor de historia en la UNED supiere de alguien con mayor respeto constitucional que Juan Carlos I, que lo indique o que se calle para siempre.
Es lamentable y bochornoso que se hable tan a la ligera, sin el menor rigor histórico, y lo que es peor, cuestionando la actuación de nuestro Rey, tan ejemplar ésta, como la de quien más.
No es cierto que Juan Carlos I haya tomado partido por ninguna institución política en perjuicio de otras. Expresarse así es mentir, como arriba indico, tendente a provocar ante la opinión pública una actuación que, por otra parte, es considerada como ejemplar por la inmensa mayoría de españoles.
Que una minoría por definición nada solidaría, excluyente y al mismo tiempo enferma, portadora de un virus contaminador cuyo origen ignora, cargue contra el Rey Borbón, dignifica a éste y descalifica aquella.
Don Miguel Martorell, ni sabe lo que se dice, ni siquiera sabe de lo que habla, por muy profesor de la UNED que sea, donde de seguro debe haber algún que otro soplagaitas, tribu que de seguro alterna.
De la existencia de estos últimos sabemos por el maestro de historia, quien todo parece indicar que forma parte de la banda y además con “nota”.
También sea, que a la ejercer en la Universidad Nacional de “Educación a Distancia”, su conocimiento, el de los Borbones, lo haya perdido por el camino por los vientos que soplan, y que él aviva. Con seguridad, el del vigente.
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