JAIR DOMÍNGUEZ, DE PROFESIÓN IMBÉCIL

 No hay más que verlo. Un cretino, un tal Jair Domínguez, considera que en un programa televisivo catalán, de la TV pública, colocar la imagen del Rey, nuestro Jefe de Estado, en una diana, dispararle con una pistola con eficaz puntería y que a su vez surjan en su cuerpo huellas rojizas de sangre, es una “metáfora” que desde la libertad expresión debe respetarse.

 

Cretino e imbécil al mismo tiempo. Que como tal debiera definírsele cuales calificativos menores se merecen, por supuesto. De haber un poder judicial atento y en defensa de los ciudadanos, que es lo que corresponde, su detención hubiera sido inmediata para responder ante la Justicia de un hecho delictivo e incitador, premeditadamente montado hacia la violencia. Que locos hay en cualquier rincón y por ende faltos de ideas.

 

La tan cacareada libertad de expresión se ha convertido en un canto al desafuero que permite tales heces pestilentes por personajes como el que nos ocupa, aparecido en programa televisivo de nombre “Bestiari Illustrat” que, por lo acontecido, hace más honor a lo de bestia que lleva dentro, que a una pretendida “ilustración” que brilla por su ausencia. Y con el botón sirve la muestra.

 

La tan manida “libertad de expresión”, dispuesta para el uso de libelos y casos semejantes de la que se han servido quienes el tiempo ha venido a demostrar que eran precisamente quienes más la demandaban los que la han prostituido. Y de tal guisa, más para sacar provecho de sus vilezas, sabedores de un mercado siempre dispuesto a agasajos de tal pelaje y condición que de cualquier manifestación intelectual cuyo alcance ignoran.

Y dicho esto y aunque me manifesté en el sentido de que en adelante iba a dejar de lado al Artur Más de los cojones, ahora nos sale éste patán, ladrando más que hablando, que “en Cataluña no se explica la Historia de España como la de una, grande y libre”. Pero… de qué va este imbécil.

 

Por lo visto y la actualidad manda, hoy va de imbéciles y a pares. Ojala con éste bastara; pero me temo que no, pues de sembrar, sembrar, saben lo suyo en un campo abonado gracias a la química, que no de los productos naturales de la vieja usanza, aquellos que daban tan buenos y ricos frutos nada que ver con los productos adulterados que en la actualidad son más abundantes.

 

Y encima “illustrat”. ¡No te jode!