16 noviembre 2015
Y LA TENEMOS PERDIDA
05 noviembre 2015
LOS ESPADONES
30 octubre 2015
JOAN RIBÓ, MARTILLO Y YUNQUE
09 octubre 2015
EL 9 D'OCTUBRE
24 septiembre 2015
ELECCIONES AUTONÓMICAS EN CATALUÑA
04 septiembre 2015
EL MAESTRITO DE ESCUELA VICENT MARZÁ, AHÍ ES NADA.
18 agosto 2015
MÓNICA OLTRA, - ¡POR QUÉ NO TE CALLAS!
13 agosto 2015
VICENT MARZÁ, CATEQUISTA CONVENCIDO.
11 agosto 2015
COMPROMÍS, DE FACTO GOLPISTA.
Compromís, un partido político acrisolado por Mónica Oltra (no reñida consigo misma sino con la historia) que desde sus irresponsabilidad está llamado a convertirse en el fiel reflejo de su propio esperpento.
31 julio 2015
MÓNICA OLTRA, SU PARIPÉ.
29 julio 2015
JOAN RIBÓ, ¿ALCALDE DE TODOS?
Misión imposible de encajar en una organización política cuyo único argumentario tiene dos componentes esenciales: la insidia y la mentira.
28 julio 2015
LA SOGA
En cambio, una soga.
25 julio 2015
VICENT MARZÁ, ADOCTRINADO DE CUNA
21 julio 2015
LA CRISIS
30 junio 2015
VICENT MARZÁ, MAESTRO DE ESCUELA
Y aquí tenemos a Vicent Marzá y lo que él representa. Conseller de Educación como gran logro de Compromís. Toque de fagina. El pesebre abre sus puertas. Pasad y redimiros.
09 febrero 2015
LOS NUEVOS INDIANOS
Podemos. Cada vez sabemos más de ellos. Ya sabíamos la cueva de su origen. Una universidad, la Complutense, que en el mundo de la docencia tiene por delante más de ciento cincuenta claustros universitarios que la aventajan. Ahí es nada.
Se explica en parte la razón que sean los pasillos de la universidad madrileña los que se han convertido en cárceles de la memoria, donde mentes juveniles están encarceladas por mesiánicas promesas. Véase a vuelo de cron en el supuesto caso que la guardia pretoriana permita la entrada.
¡Listo el Hugo Chávez! Se enteró un día de su existencia y de quienes estaban dispuestos a cruzar el charco para “hacer las Américas”.
Conseguido su primer objetivo de cambiar la Constitución venezolana para perpetuarse en el poder, sólo le quedaba llenar sus propias arcas para el pueblo, pero sin el pueblo.
Como nación exportadora de petróleo y de primer orden, cobra lo que suministra; pero al poco tiempo aparecieron torres humanas necesitadas de lo más esencial para una supervivencia, que dicho sea de paso no encuentran. Televisión secuestrada y oposición entre rejas. Aire fresco de libertad, dicen.
Y el Hugo, como ahora el Maduro, negoció con voceras dispuestos a pregonar falsas excelencias caribeñas a cambio de que en su beneficio quisieran las Américas.
Puro trueque mercantil facturado a extrañas empresas, expertas en defraudar a hacienda. Si me elogias te hago de oro. Dijo un día Hugo a Monedero quien le contestó ipso facto ante semejante Visa Oro, poder puedo: ¡Podemos!
Podemos sale a escena pero por las catacumbas de la insidia a golpe de tuerca. Y en su camino, el núcleo duro de podemos será la nave de la desvergüenza.
Transmiten cánticos bolivarianos con abrazos de hermandad dividiendo a una parte de Europa que ahora llaman del Sur. Cobran minutas a precio de oro que nada tiene que ver con lo que reciben profesores docentes que ejercen desde la decencia.
Nuevos indianos emergen con trasnochados "cuentos del abuelo" que cuelan a un público entregado rendido a sus pies, cuales viejas adhesiones inquebrantables, que, hubo un día, llenaron calles y plazas al calor del rebaño.
07 enero 2015
DE LA LEPRA A LA CASPA CATALANISTA
Vicente Blasco Ibáñez en el año 1907 y desde su diario republicano El Pueblo alertaba entonces de la peste catalanista.
En la amenaza tanto endógena como exógena, advertía de los peligros que para los valencianos de su tiempo podía suponer, en un artículo de portada que viene al pelo en nuestro diario acontecer. Y entonces como ahora, también existía un grupo de "tontos útiles" (les decía) quinto columnistas en fin, a quienes Blasco Ibáñez definía como “catalanistas”, demostrando una clarividencia tal, que sólo lo hechos y el tiempo le han dado toda la razón.
Un siglo después, persiste el engaño y lo que realmente amenaza a nuestra personalidad, ya no es la peste, sino más bien “la caspa” que se ha venido filtrando en nuestra sociedad. Y lo ha hecho de forma cobarde, lamentable y desleal, a través de los más desprotegidos, en sus propias aulas de estudio, sirviéndose de la inocencia de los pequeños alumnos a quienes utilizan en su beneficio. Lamentable.
Ya no es pues la peste, sino la caspa. Ese mejunje que desde las hombreras se ha ido filtrando en las mentes de un sector de la sociedad valenciana para formar parte de unas creencias que han ido tomando cuerpo, como dogma de fe.
Una caspa que no tiene reparo alguno en construir el mayor genocidio cultural hacia nuestra identidad, tachando en su credo de un plumazo más de quince siglos de nuestra propia historia.
Blasco Ibáñez y en su primer trayecto literario se subió al carro del movimiento costumbrista de la época, interpretando a la perfección la problemática de la huerta, del mar y de la ciudad en unas narraciones que se excedían en su cometido, trasladándose también al ámbito de lo social. Y cuando quiso contar a sus lectores las originarias costumbres de nuestra tierra, se trasladó a Sagunto, donde, y desde “Sónnica la Cortesana” se ha ido acrisolando nuestra forma de ser con sus raíces iberas, griegas, fenicias, romanas, godas y más tarde musulmanas, de cuyos vestigios permanecen huellas que son visibles paseando por nuestra ciudad y su entorno.
Ahí está el origen de nuestro pueblo y no en siglos después con la alquimia del engaño por parte de unos cuantos investigadores forales que practican la técnica del bonsái.
Ni en territorio, ni en Reyes, ni en Cortes, ni en Fueros, ni en lo económico, ni en lo social, Valencia y Cataluña han compartido proyecto alguno por más que inventen los mercachifles del autobombo, portadores a la sazón de un ombligo con ínsulas imperiales.
¡Que inventen ellos! Decía Miguel de Unamuno.
Mucha, mucha caspa es la existente, deseosa por dividir a una sociedad valenciana, mayoritariamente española, que tiene muy claro cuál es el propio sentimiento arraigado en la población, que en su molestia para algunos y de forma ruin tratan de eliminar para sustituirlo por un proyecto condenado al fracaso. Pero del que mientras tanto se alimentan las “víctimas” de aquella “peste catalanista” que denunciara hace un siglo nuestro más universal escritor en prosa española y por ello mismo, valenciano de pura cepa.
"Victimas" que no tienen ningún escrúpulo en remar hacia una sociedad dispuesta al enfrentamiento y sólo en beneficio del sectarismo de sus talibanes.