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31 marzo 2010

ÁNGELES GONZÁLEZ-SINDE, LA MINISTRA SECTARIA

ANGELES GONZALES SINDE LA MINISTRA SECTARIA

Se dice del sectario y de acuerdo con la Real Academia de la Lengua de aquel que profesa y sigue una secta; y que por su propia etimología al movimiento que los agrupa conocerlo como el de los sectarios es lo más convincente, dando vida al sectarismo como lugar a cuyo cobijo se agrupan.

Y como el movimiento se demuestra andando y viene al pelo la prueba del algodón servida en bandeja en estos días, la reflexión de su ejemplo es la mejor ratificación al sectarismo rancio, mezquino y paleto que el socialismo valenciano hace suyo para vergüenza propia, asombro de unos vecinos que se sienten no sólo humillados, sino despreciados, evidenciado ante la opinión pública con nocturnidad y alevosía, dónde los de Blanquerías han colocado el listón de su desvergüenza, que siendo cada vez más alto, una vez tras otra superan.

La que debiera de ejercer como Ministra de Cultura, salvo que su principal cometido sea el del abastecimiento logístico a “los de la ceja” que más bien es lo que parece, ha hecho oídos sordos a las repetidas ocasiones en que ha sido invitada por la Alcaldesa de todos los valencianos, entre los que se encuentran los vecinos del Cabanyal, a su visita al barrio para su mejor conocimiento, lejos de la intoxicación partidista de que ha sido objeto y que por su condición de Ministra debería de tamizar.

Invitaciones y ruegos realizados en diferentes ocasiones de forma escrita y personal, tanto directamente en su persona como a través de la Vicepresidenta de su Gobierno para que los hiciera llegar al Ministerio correspondiente, en esta caso el de Cultura, a cuya tutela y compromiso debiera someterse Doña Ángeles González-Sinde.

Y en beneficio de su mejor información y en ocasión de su visita a Valencia a un Congreso de dudoso resultado y mucho de marketing publicitario, la Alcaldesa Rita Barberá se le ha ofrecido para que conozca todos sus rincones. Invitación no atendida por la Ministra, como tantas veces ha hecho en estos últimos meses.

Sin embargo, aprovechando la solariega tarde de un día de domingo, se ha presentado de incógnito con su mesnada al lado en una calle del Cabanyal. Más que a conocer la realidad del barrio, a la obtención de la foto. Foto junto a un grupo ajeno al barrio, que si por algo destaca es por su violencia física y verbal, por sus mentiras sobre el couché panfletario, por la amenaza por escrito con alertas de ahorcados, por su apología por el esperpento y por su lejanía a un barrio al que sólo utilizan para implantar la confrontación de los vecinos con la vieja táctica de tirar la piedra y esconder la mano, convencidos de su pertinaz fracaso en las urnas de la democracia, pero a sabiendas de cómo las moscas logran su acto de presencia.

Carmen Alborch tiene el suficiente rostro y orgullo para que desde su responsabilidad directa en el expolio sobre Sagunto, a cuya restauración obliga el Tribunal Supremo, muestre la jeta de quien importándole un bledo el patrimonio de los valencianos, no tiene ningún reparo en la continua degradación de un barrio iniciada en los tiempos en que el PSOE gobernaba nuestras instituciones, al mismo tiempo que enterraba para siempre el emblemático coliseo saguntino.

Dice la Ministra de Cultura, con una jeta semejante a la de Carmen Alborch y experta en el aniquilamiento de informes que contradicen su decisión sectaria, que no atendió a la petición de Rita Barberá por hacerlo ésta de forma vehemente, según nos afirma en un intento de manipulación propio de su mediocridad como guionista de cine, por lo que utiliza la palabra que seguramente le resulta más afín, y propia del sector del que proviene.

Rita Barberá con seguridad es apasionada, efusiva, calurosa, entusiasta e incluso algo vehemente, que más que pecado es virtud. Pero González-Sinde, prefirió el guión de la farsa para su paseo por el Cabanyal, solazada y lejos de los vecinos del barrio y con los palmeros del Salvem, maestros en el uso del insulto y del escupitajo, a los que con frecuencia recurren.

Cuando hablen las urnas, sólo le quedara a la despreciativa Ministra de Cultura el recurso de que las bases del guión que un día le encomendaron eran inexistentes y sin la garra de la verdad: las propias de un mal guión de cine, pero no por ello exento de subvención. Y de ello sabe bastante la Ministra.

28 marzo 2010

LA CALLE DE LAS BARCAS

la calle de las barcas

La calle de las Barcas tal y como la conocemos en la actualidad, bancaria, comercial y cultural, camina hacia sus primeros cien años de vida en los que ha sido el centro vital donde se ha fraguado toda la expansión económica de la ciudad, y a la sazón desde entonces camino hacia la modernidad en aquella su andadura de comienzos del siglo.

Si queremos saber de su configuración de siglos aún más atrás, sea simplemente por curiosidad, sea por ver en qué ha cambiado su aspecto, como primera medida lo más recomendable es echar un vistazo al plano de Vicente Tosca en torno a su emplazamiento de siempre, donde de inmediato nace la evidencia de un trazado idéntico al de nuestros días, pero con el único cambio en su nomenclátor al ser conocida entonces por la calle del Vall Cubert, dado éste nombre a en todo su recorrido corrían las aguas de un valladar con anterioridad al descubierto; aunque no obstante, también era conocida con el nombre de las Barcas, toda vez que por providencia del Mustaçaf desde 1658, así se consideró por su proximidad al Barrio de Pescadores. Como calle de las Barcas fue conocida en su primer recorrido desde San Francisco, y como Plaza de las Barcas el resto del Vall Cubert, lo que es hoy la calle Pintor Sorolla, correspondiendo su final con el lugar del actual jardín del Parterre.

Al padre Tosca se le merece el honor, junto al matemático Corachán, de ser en Valencia el principal impulsor de los “Novatores”, cuando irrumpieron en la ciudad en los últimos años del siglo XVII de la mano del que fuera presbítero de la Congregación del Oratorio de San Felipe de Neri. Ejercicio sacerdotal el suyo, al que sumó su afición a las matemáticas dentro de un movimiento regenerador de nuestro atraso científico, y que junto a su amor por la ciudad, en la que sus ojos vieron la luz, hicieron que recorriendo todas sus calles, paso a paso, rincón a rincón y con su habilidad trazando con un lápiz rayas, fuera concibiendo en su mente toda la retícula urbana del interior de sus murallas, trasladándola al papel.

Se le conoció por tal motivo como el “Capellà de les ralletes” y su trabajo nos dejó el fruto de un plano urbano que no sólo nos sirve para conocer cómo fue la Valencia que él conoció, sino el saber que a lo largo de casi dos siglos permaneció inalterable, manteniendo su trazado.

Pero volviendo a nuestra Calle de las Barcas y justo en el sitio donde se transformaba en Plaza, había una morera en el lugar donde convergen dos calles, y que se observa en el plano citado: la de la Sequiola, que venía de bajada: la actual de Juan de Austria, y la de la Cofradía de los Sastres, a su encuentro desde la izquierda y en la actualidad de Pascual y Genís. Y aquella morera, repuesta cada vez que la anterior perecía, permaneció en el tiempo hasta que la construcción de una casa dio ocasión a un nuevo chaflán donde después se instalaría una farmacia que en su recuerdo se conoció como la de la Morera; lugar que en la actualidad es la sede del Banco de Valencia en un nuevo edificio que causó furor en su inauguración, monumental y arquitectónico, como mejor respuesta a la de un chaflán situado en un lugar de privilegio.

Pero volviendo nuevamente al pasado, la Nova Fabrica del Riu era la encargada no sólo del cuidado de los valladares que recorrían el interior de la ciudad, sino también de la conservación de los pretiles del rió que la abrazaba, decorados en su extensión por útiles canapés dispuestos al solaz de los paseantes, y que si no muchos, si en cambio lo fueron unas bolas de piedra que cima un pequeño pedestal sobre el pretil, lucieron su esbeltez y siguen siendo un referente emblemático para la ciudad, y que pese a su sencillez, mantienen su elegancia.

Y en aquella bajada de la Sequiola al encuentro con la de las Barcas y protegiendo al paseante del terraplén, fue donde se colocó un pretil de piedra de unos pocos metros rematado en su final por una bola igualmente de piedra y a semejanza de las del Turia, en cuya construcción no debieron andar muy lejos los encargados de sus pretiles.

Plaza aquella de las Barcas también utilizada como mercado de cerdos desde mediados de diciembre y que duraba hasta el Carnaval, de cuyas transacciones un pequeño impuesto se destinaba a la Nova Fábrica de Muros y Valladares.

De todo esto, salvo el trazado urbano de la zona, ya no queda nada. Sólo el chaflán al alcance del paseante y con la posibilidad de observar un pequeño desnivel en el mismo lugar donde estaba el pretil de la Plaza de las Barcas, con su bola de piedra como remate, con el provecho de rememorar a la vieja morera a la sombra de nuestra imaginación. De cuya plácida observación, llegue al paseante el recuerdo de un pasado histórico, justo en el núcleo generador de la Valencia moderna, abierta y universal, como lo es en la actualidad,

24 marzo 2010

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

el tribunal constitucional

Si después de tres largos años el Tribunal Constitucional aún tiene sometido a proceso de estudio para su aprobación o reparos el Estatuto Catalán y por lo visto aún no está madura su resolución, más bien parece sea cierto que algo falla en nuestro poder judicial; más, en cuanto un estudiante de Derecho Constitucional y en su primer año de carrera, seguro que lo resuelve en un santiamén sin ningún tipo de duda.

Algo pues es lo que falla en nuestro “Estado de Derecho” cuando su dictado está guardado a cal y canto; lo que más parece sea por intereses ajenos al “Poder Judicial” y sí, en beneficio del “Poder Ejecutivo”, lo que entraña el grave peligro de no saber en manos de quién estamos.

El hecho de que la duda no ofenda a quienes mientras tanto pasan de ello, nos habla de que hemos llegado a una situación tal, que la asunción de los hechos consumados nos lleva a la más preclara indefensión y cada vez en mayor grado.

Del deterioro existente en nuestro “Estado de Derecho” dan fe otras situaciones que se dilatan en el tiempo y en las que quienes sufren por las consecuencias de un delito, ven que la Justicia, si no es que mira hacia otra parte, más bien lo parece. Casa propia, la del “Poder Judicial”, en la que por otra parte andan entre ellos lanzándose acusaciones corruptas, más acordes a las propias de un Concejal de Urbanismo de cualquier Casa Consistorial, o se entretienen lanzando al aire “avanzadillas” interesadas y en beneficio del partido que gobierna.

Dice Sarkozy que sólo la cadena perpetua es lo que les espera a los etarras autores de un vil asesinato, mientras que el Tribunal Supremo absuelve a la alcaldesa de Hernani, a quien por lo visto pedir un aplauso para los autores de un abominable atentado no es delito.

Pensar en la inexistencia de una mano oculta que mueva todos estos hilos ya no se sostiene, y no debe de andar muy lejos de la persona en quien presumimos. Y al mismo tiempo que según él procura, surjan brotes verdes en nuestra economía, igual hay quienes piensan habrá que exonerarle al estar ocupado en su Presidencia de la Unión Europea en la que, por cierto, anda haciendo oídos sordos a las constantes críticas a su gestión, ufano de que en la fragilidad del coche eléctrico que ofrece como solución, encuentre la seguridad de que en su demarre no se estrelle con estrépito.

Jamás desde la transición los tres poderes estuvieron tan unidos, aunque por supuesto revueltos. Eso sí, con la propaganda de la normalidad y bajo el sectarismo al que se acostumbra. La vieja amenaza del que se mueva no sale en la foto navega sobre Moncloa; y en este caso con línea roja a Domenico Scarlatti.

21 marzo 2010

EL FEMATER

el femater noticies

La valencia amurallada hasta el último tercio del XIX tenía su extensión en los arrabales que iban creciendo ante las puertas de Cuarte y de Serranos, así como en los poblados de Ruzafa y Campanar. Salvo estos pequeños núcleos urbanos, todo lo que había en rededor era huerta. Huerta cruzada entre caminos por los que también se accedían a los muchos conventos extramuros, sin olvidarnos de los molinos al provecho de las aguas, como las de la acequia de Mestalla, la más próxima al marginal izquierdo del Turia y que abrigaba a la ciudad. Huerta que fue menguando como consecuencia de los planes de ensanche de una ciudad que los necesitaba con el cambio de siglo.

Y si algo había que unía a la huerta con la ciudad, lo era la figura del “femater”, auténtico cordón umbilical, que al pregón de “ama, ¿hi ha fem?” recorría sus calles a la búsqueda de la basura del interior de las casas, incluso accediendo a las cocinas cuyo basurero luego limpiaba con sus propias manos, gozosas de recoger hacia su huerta el abono necesario para las buenas cosechas.

Y para agradecer tan preciado alimento, que “el femater” recogía a lo largo del año, cuando llegaban las fiestas navideñas, no faltaba nunca el mejor de los regalos entre otros de sus frutos: el de la lustrosa calabaza que luego iba a reinar en la mesa en la hora del postre, obsequio rey, como señal de agradecimiento y de fidelidad a su servicio.

Es imposible entender la existencia de la huerta de Valencia y de su ciudad, ambas como un solo cuerpo, sin la figura del “femater”. Pues si la huerta estaba extramuros, su corazón que la alimentaba estaba dentro de las murallas y la presencia del huertano era como el vaso comunicante que las unía, y que gracias a él, mutuamente se abastecían. Con su trabajo de a diario hacía posible que la tierra diera su bondad, suministrando a la sazón a un mercado que se refugiaba bajo sus toldos ante la Lonja de la Seda y la Iglesia de los Santos Juanes.

La huerta valenciana ha desaparecido en nuestra ciudad, y con la existencia de los abonos el regalo del “femater” figura en la leyenda.

¿Cómo no echar de menos que alguien apareciera en nuestras casas con un regalo en sus manos, aunque fuera interesado, en los tiempos en que vivimos?

17 marzo 2010

GARZÓN: PROFESIONALIDAD Y SECTARISMO, MAL MARIDAJE.

garzon profesionalidad y sectarismo, mal maridaje

La profesionalidad y el sectarismo no suelen llevarse bien. Corresponde a lo que en términos gastronómicos llamaríamos un mal maridaje.

Si hubiese alguna duda pues, acerca de lo que de gregario tiene el juez Baltasar Garzón en los últimos años, vemos su máximo exponente, entre otros muchos, en su recusación sobre el vicepresidente del Consejo del Poder Judicial, Fernando de Rosa, basada en su amistad con Francisco Camps, de quien fue su Conseller. Juez que de forma inmediata ha tomado la decisión de apartarse del proceso para preservar la independencia del Consejo, al tiempo que su honorabilidad.

De todos son conocidos los escarceos políticos del juez Baltasar Garzón, así como del público reconocimiento de su ideología, al igual que de su partidismo nunca disimulado, ni personal ni profesionalmente, presentándose como número dos en la lista electoral madrileña y que de haber tenido la dignidad suficiente en su vuelta a la judicatura, al menos hubiese tenido la hombría, mejor calificarlo como decencia, de marginarse ante cualquier proceso en el que se viera involucrado cualquiera de los partidos políticos, con anterioridad sus oponentes.

Igualmente figuran entre sus sombras profesionales las razones de sus andanzas por tierras americanas, sufragadas gracias a unos prestamos bancarios del Banco Santander, al tiempo en que no admitía a trámite determinadas irregularidades del presidente de la entidad bancaria, en lugar de mantenerse al margen del proceso y renunciando a su intervención, instándolo en manos de algún compañero.

Sombras como también las fueron su negativa al enjuiciamiento de los asesinatos de Paracuellos, debida tanto a la reconciliación nacional alcanzada a finales de los noventa, como a la prescripción de los delitos, según justificó entonces con ambas razones el sectario don Baltasar Garzón.

Y todo ello es lo que retrata a un juez, que si destacó por su eficaz trayectoria profesional en su lucha contra el terrorismo, metido de lleno en el campo de la lucha partidista y desde su acendrado sectarismo, ha mostrado el lado más oscuro de su persona, dilapidando su carrera, pero con el beneficio de su estrellato.

15 marzo 2010

ANATOMÍA DE UNA FALLA

ANATOMIA DE UNA FALLA 2010 MOSSEN SORELL-CORONA

COMISIÓN MOSSÉN SORELL-CORONA

Cuando una comisión fallera cumple su 150 aniversario y al mismo tiempo que se siente joven, rememora su pasado, es porque lejos de agitarse en el horizonte de la duda, se ha halla en el camino de la evolución, encontrándose así misma. Y que como tal, participa en la fiesta de las fallas, ofreciendo, si no la necesidad de la mudanza, sí la demostración de su agudeza y en aras de la evolución.

Es el caso de la Comisión de la Falla Mossén Sorell-Corona que desde su último decenio opta por mostrar una de las muchas caras posibles (y en este caso necesaria) que nos ofrecen su fiesta, que como la silueta del fuego que devora la falla, es tan indescriptible como inimaginable, y en la que como es natural, el calor de la llama es el que aviva la fiesta y le da su esplendor.

Para conmemorar pues su 150 Aniversario, Mossén Sorell-Corona nos ofrece la “Anatomía de una falla”, que, como no puede ser de otra manera, surge de sus mismas cenizas.

Para tal fin, el pasado día doce plantaron una falla en un envolvente cono de recuerdos llamada a convertirse en las cenizas de las que surgirá el Ave Fénix, el monumento fallero de su 150 Aniversario y que devuelto al fuego en la noche de San José, seguirá en su camino de evolución constante y sin temor al vigor de las llamas que le hacen inmortal.

13 marzo 2010

Un nuevo Rectorado

Un nuevo rectorado

Una nueva etapa se abre ante la Universidad de Valencia, a cuyo Rectorado se han presentado cuatro opciones en elección a dos vueltas.

Dos se quedaron atrás eliminadas por los nuevos vientos torno a su claustro neoclásico, que ojala sean libres y ajenos al dogmatismo nacionalista que humillando a tan valentina institución, se apoderó de su pensamiento.

El centro de debate se derrumbó entre sus columnas y a las órdenes de un catalanismo montaraz con ínsulas tabernarias, se lapidó a quienes defendiendo nuestro culto pasado del cuatrocientos, no sólo los trataron de ningunear ridiculizándolos, sino que lo fustigaron con el látigo de su prepotencia, más acorde al ambiente de un circo romano al que someter, que al de un ágora donde discernir.

Se abre pues una nueva etapa que si es cierta, lo más natural sea que la ocasión del debate oxigene y limpie el interior de sus paredes.

Allí, donde, al menos, si alguien se sienta incomodo sean quienes pertenecen a la secta del intrusismo en nuestra historia: los que en lugar de enaltecerla la han despreciado desde la manipulación, desde la falsedad y lo que es más grave: desmochando su naturaleza.

10 marzo 2010

ALFONSO RUS Y EL ABRAZO DEL OSO

ALFONSO RUS Y EL ABRAZO DE OSO

El Bloc de Jota Cob nunca ha dudado de la honorabilidad de Francisco Camps en lo que le afecta al caso Gurtel, básicamente en su relación con la Comunidad Valenciana, cuya tramoya diseñada desde la productora de Ferraz y con la dirección del juez Baltasar Garzón, se encargó de su lanzamiento publicitario al periódico El País en campaña de muchos meses, contando con la lógica complacencia del Ministro de Justicia que no ha hecho más que mirar a otra parte sin cumplir con su obligación: la de ver qué es lo que pasaba en los bajos del “Estado de Derecho” cuya sala de máquinas hacía agua por todas partes y a cuyo mantenimiento en perfecto estado se deben, tanto el de Justicia como el de Interior, quienes, sin embargo, nunca dudaron en mostrar su “natural complacencia”.

Para su campaña de bolos por la Comunidad Valenciana no se dudó en dar el papel de protagonista a un hombre maestro en la práctica de la política más ruin, como es el caso de Ángel Luna, a cuya labor más esperpéntica se ha dedicado desde que le asignaron el papel, dejando apartado su trabajo de oposición que el pueblo valenciano ha asignado al PSOE valenciano en las últimas legislaturas, utilizando el recurso de la morcilla gurteliana que tanto daño hace a su partido y a la que constantemente ha recurrido con la natural complacencia y agradecimiento del Partido Popular.

El Bloc de Jota Cob no tiene ninguna duda del acierto en el vaticinio del muy honorable Francisco Camps de que el caso Gurtel hará más fuerte a su partido en la Comunidad Valenciana. Y vuelve a acertar el Muy Honorable cuando tratándole de indecente, no acepta “el abrazo de oso” que se le tiende en la persona de Ángel Luna, de cuyo complejo de inferioridad uno entiende su constante recurso a la política barriobajera cima el escabel ante el atril de las Cortes Valencianas.

Lo que el Bloc de Jota Cob no termina de entender, es cuando “el abrazo de oso” a Paco Camps viene de su mismo partido y después de una semana laborando por los valencianos en ultramar, no da un golpe de timón y da las órdenes oportunas para restituir en el MUVIM unas fotografías que jamás debieron ser descolgadas de las paredes del Museo de la Ilustración valenciano.

El Bloc de Jota Cob entiende y comprende lo acertado que estuvo Alfonso Rus en su tratamiento al sector borreguil y panfletario de los del “gairebé” en cuanto a la respuesta que se merecían, y más cuando quien lo ejerce es un político que al pan llama pan, y al vino, vino; lo que facilita su entendimiento a todo aquel que quiera entenderlo, al mismo tiempo que da ocasión a quienes desde la manipulación malintencionada sacan las flores del tiesto, alegando luego sus deseo de que luzcan bellas.

Sin embargo, la última actuación de Alfonso Rus como Presidente de la Diputación deja mucho de desear y es ahí cuando no se entiende la actitud de Paco Camps en una acción que parece más de “abrazo de oso” que de otra cosa.

Ni a Fernando VII se las ponían tan a huevo.

09 marzo 2010

EL VIENTO TUVO LA CULPA

el viento tuvo la culpa

La llegada de las barcas a las orillas de El Grao de Valencia suponía a finales del siglo XVII un gran peligro debido a que en los días de fuertes vientos su mar abierto no les daba cobijo, por lo que el Consejo de la Ciudad dio luz verde al proyecto de Tomás Guelda (1685) consistente en la construcción de un dique de piedra que las salvaguardara. Y tras los sucesivos proyectos en un periodo largo de tres siglos se culminó finalmente con el proyecto de Maese (1921), con la dársena orientada al sudeste creando de tal forma un acogedor y seguro puerto.

Con anterioridad las aguas del mediterráneo llegaban en su orilla hasta el “carrer Front del Mar”, la actual calle del doctor LLuch, y los nuevos proyectos de Subercase (1852) y Llovera (1867) que ampliaron el dique de Levante, tuvieron el doble efecto de lograr la seguridad necesaria a las embarcaciones que entraban en el nuevo puerto de El Grao, al tiempo que la arena que escupían las aguas por la acción de las corrientes frenadas ante el dique, hacían crecer las tierras del Pueblo Nuevo del Mar habitado entonces por barracas. Sencillas y pintorescas viviendas que fueron victimas de un voraz incendio en 1796, y que pese al mismo, siguieron igualmente construyéndose junto a las nuevas casas de ladrillo.

No era en aquellos años dieciochescos la zona marítima el lugar más adecuado donde prestar los servicios que requerían los hombres de la mar, quienes a través de la polvareda del Camino Viejo del Grao, así como después por el recién inaugurado Camino del Grao (1801) –el de la actual Avenida del Puerto-,iban con sus carros al Barrio de Pescadores frente al Convento de San Francisco en el centro de la ciudad, en busca de los calafates donde reparar sus barcas, al igual que a los comercios donde se proveían de las redes para la “peixca del bou” y demás utensilios que necesitaban.

El Barrio de Pescadores –en cuyas proximidades había existido una vieja atarazana- fue dejando su razón de ser, tanto en cuanto sus menestrales se iban trasladando a las cercanías del mar, merced al nuevo dique de Levante que iba dando seguridad a sus oficios según avanzaba el siglo.

El Barrio de Pescadores fue convirtiéndose entonces en un barrio pestilente, repleto de antros y gentes de mala condición, en cuyo interior de callejuelas estrechas se tendía a lo irrespirable, lo que hizo que la cirugía de la piqueta fuera de necesidad. Y lo que había sido un barrio maloliente, se convirtió en la zona señorial, elegante, bancaria y de servicios que ennoblece a la ciudad y que en la actualidad disfrutamos

En 1897, Pueblo Nuevo del Mar junto a El Grao se anexionaron a Valencia, y los viejos tranvías de tracción animal desde 1876 fueron sustituidos por el Rovachol (1892): el tranvía de vapor que hizo competencia a la línea del ferrocarril que desde 1852 llegaba a El Grao desde el centro de la ciudad: la estación del Norte situada entonces frente al Barrio de Pescadores.

Un año después de la anexión (1898) se proyectó el Paseo de Valencia al Mar, y la clase acomodada de la ciudad levantaba sus casas de verano a lo largo del Canyamelar, Cabanyal y Cap de França.

Blasco Ibáñez, en 1902, construyó su chalet en la Malvarrosa, en cuya mesa de mármol y observando la mar inspiró alguna de sus obras, gozando al mismo tiempo al ver cómo Sorolla trasladaba al lienzo el color del mediterráneo del que ambos se enamoraron.

Así pues, fueron aquellos temibles vientos racheados del norte los que motivaron a Tomás Guelda a la protección de quienes llegaban a nuestro histórico puerto, toda vez que el viejo “Pont de Fusta” de Antonio Juan, levantado sobre la orilla por orden de Fernando el Católico y que por su fragilidad fue muchas veces reconstruido, hacía peligrar las llegadas de las embarcaciones a nuestra ciudad.

El viento, que fue quien tuvo la culpa, no sólo hizo que nuestro puerto fuera asegurando su fortaleza, sino que contribuyó a que el centro de la ciudad se engalanara, abriéndose a la modernidad.

06 marzo 2010

GAVILÁN Y FAISÁN, PERO POCO DE PALOMAS

gavilan y faisan pero poco de palomas De palomas tienen muy poco. Más bien el uno mucho de gavilán, mientras que el otro bastante de faisán. Y cada uno a lo suyo: que si el uno no contesta pero sí escucha, que si el otro además de ambas cosas a la vez también pregunta dada su condición de togado, pero sin saber por nuestras parte si el recurso al refranero español le habrá sido útil alguna que otra vez.

En muchos de ellos y tras su llaneza se esconde la rotundidad de lo cierto. Sin embargo, el “no juegues con cañitas que te harás cortes”, tantas veces sabido, no debió de hacer mella en el subconsciente del juez estrella Don Baltasar Garzón, quien en estos día sufre la consecuencias de encontrarse ante la horma de su zapato.

El juez Garzón que en lugar de hacer oídos sordos al narcisismo de la fama, optó al estrellato profesional, en su pecado encuentra la penitencia. Sufre en la actualidad de la estela en su camino, de la que trata de huir en vano intento.

Lejos de su silencio, se pone ante el espejo para definirse a si mismo, cuando declara y tiene la desfachatez de acusar de forma implícita a un medio escrito de comunicación de haber “iniciado una campaña contra él por motivos ideológicos o personales, dada a terminar con su carrera judicial”. Y es que nada resulta mejor para juzgar a los demás que el reflejo del cristal azogado, delatando a sus oponentes tal y como se ve ante su propio espejo.

Que se sepa, nadie nos ha informado que Baltasar Garzón moviera un solo dedo para evitar la campaña iniciada contra el Partido Popular por motivos ideológicos o de partido, tendente a frenar su camino a la Moncloa gracias a los servicios del periódico El País en informaciones a golpe de tijera durante muchos meses, dadas a la luz desde unas fuentes surgidas del amparo judicial que el propio juez Baltasar Garzón tenía la santa obligación de custodiar.

¿Hizo algo por evitar su aireado?

Más bien parece que utilizando el fuelle de la fragua, lo suyo fue la acción del venteo. Por lo que la horma a su zapato llama ahora a su puerta, a la que tendrá que dar respuesta por su opción elegida.

Opción la suya, que más parece proclive al logro de la fama que a la propia de un juez dispuesto a impartir justicia lejos del estrellato. Fama unida a sus horas de gavilán por las tierras de Jaén al disfrute de sus monterías.

03 marzo 2010

EL CASTILLO DE LA BARDEM Y SU RECLAMO

el castillo de la bardem

Los castillos de naipes tienen el peligro de que por su pretensión al prodigio, al menor de los soplidos, incluso, al del impacto del vuelo de una mosca se derrumban rápido, aunque sea el caso de que con el recurso al pegamento y a su esnifado, duren cierto tiempo.

Es el caso de aquel invento electoral confeccionado sobre la marcha y con la música alucinógena del “queremos saber la verdad”, como aquel del “no a la guerra” que ahora justifican.

Ha bastado la actual legislatura del paro para dejar en evidencia los primeros cuatro años de Zapatero basados en la mentira, en los que el recurso a los castillos de naipes, hoy por los suelos, más bien resultó como el pan para hoy y el hambre para mañana.

Ello ha dejado en evidencia a quienes al esquilo del “pásalo” y a la fanfarria del “queremos saber”, en la actualidad se amparan tras el muro de su vanidad, que semejando al de Berlín, renuncian en su barrera a su propia libertad victimas de un ideario que manipulan, por el temor a su flagelo.

Si por sus obras les conoceréis, dice la cita bíblica, en sus mentiras se encuentra lo mejor de sí mismos, o mejor dicho, lo peor que en ellos se esconde.

Zapatero y Rubalcaba levantan su vuelo sobre el sucio plumaje de un “faisán” que pese a su vuelo rasante y a vista de pájaro, es ignorado de forma ignominiosa por quienes se empecinaban en buscar la verdad, pero que como bien se demuestra, siempre entre las bambalinas de sus mentiras.

Y cada vez con la mayor de las evidencias, como lo demuestran “los de la ceja”, que, dueños de una denominación de origen furtiva, venden un producto adormecedor a los adictos a la manipulación.

Si a través de una de sus cejas giraron su mirada hacia la activista saharaui Aminato Haidar en su huelga de hambre, en la otra, bajan su párpado (los Bardem, el bufón de la oda a Franco, el Juanes, más otros sectarios afines entre los que destacan las declaraciones de Willy Toledo, un deleznable como persona y que como actor es un presunto) y en su consciente ceguera dejan al descubierto la miserable actitud de toda una panda fiel a la pancarta de baja estopa como garante de jugosas subvenciones que nutran su VISA ORO, a la que no renuncian. Y con su desprecio a los dos meses de huelga de hambre del cubano Orlando Zapata que le ha llevado a la muerte, sellan su afinidad a una ideología totalitaria a la que protegen, al tiempo que les define como personas que, con el culo al aire, merecen el desprecio por lo que de socialmente presumen.

Castillos en el aire, pero con los naipes de la indecencia, la mampostería de lo miserable y el diseño ruin de quienes como muñecos de barro se hunden en su propio lodo y a la vista de todos.