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24 enero 2010

CARMEN ALBORCH Y SU BARNIZ DE LA INSIDIA

carmen alborch y su barniz de la insidia

Carmen Alborch, en lo político, es una mujer desnortada. Y esto, en su pretensión hacia la Alcaldía se paga enclaustrada en la oposición cuyo mejor resguardo es el de complementar varios cargos; lo que le supone varios sueldos y gastos pagados más otros complementos por su pluriempleada dedicación.

Y en su desnorte recurre en ocasiones al “ninot de la falla”, alto y enjundioso. Pero no para ver qué es lo que necesita la calle, sino para que a ella se la vea en sus callejeos en los días de fiesta; lo que implica un narcisismo latente revuelto en rizos rojizos a cuyo adorno recurre.

Cuando Juan Lerma y Ricardo Pérez Casado ocupaban las poltronas del poder valenciano y ambos dieron luz verde a la prolongación del Paseo de Valencia al Mar, aprobado según el Plan General de Ordenación Urbana de 1988, era la misma Carmen Alborch quien formaba parte de aquel equipo.

Sin embargo, ahora, mientras los primeros callan, la segunda anda de cirio en cirio como la gran defensora del Cabanyal, como si ella no hubiese participado en el avance del viejo proyecto abandonado entonces en la entrañas de un cajón.

Sería bueno sacar a la palestra las palabras de euforia en aquellos momentos, tanto de Lerma como de Pérez Casado o de Carmen Alborch, seguro que gozosas por haber desatascado el proyecto, al que tildarían como progresista y de urgencia, tanto para el Cabanyal como para la ciudad entera.

Pero no es lo mismo predicar que dar trigo, y cuando el Partido Popular en el poder, en lugar de poner aceite a las ruedas para dar vida a tan entrañable barrio, recurren a la arena de la Malvarrosa con el fin de frenar su proceso, y de paso, ante la degradación de un mar revuelto, echar el cebo en sus aguas.

Degradación del barrio que lo ha convertido en un terreno de minas sin posibilidad de restauración, siendo gran parte de los vecinos quienes piden se termine la obra, tal y como manifiestan las urnas siempre gratas al programa ofrecido por el Partido Popular. Pero aceptar el resultado de las urnas es un ejercicio que la izquierda radical no práctica con su ejemplo, como se observa en la actualidad.

El recurso a la mentira lo demuestra el hecho de que a sabiendas de que las casas afectadas y de particular belleza son escasas en medio de una mayoría sin ningún tipo de protección, muestran en sus panfletos las fachadas más emblemáticas, pero conscientes de que no están afectadas por la acción de la piqueta, tal y como se comprueba fácilmente paseando sus calles.

¿Alguien puede creer en la existencia de alguna persona más interesada que la actual Alcaldesa –que lo será por muchos años- en que el Cabanyal luzca habitable y lleno de vida?

No tengo la menor duda de que los argumentos utilizados por la izquierda irían a la cajón del olvido si el resultado de las urnas le hubiera dado la mayoría absoluta en la zona afectada. Recurso al que recurrirían, pero que en su contra desprecian. El dime de qué presumes y te diré de lo que careces tiene su justificación viendo los modos de un grupo sectario bajo cuyo barniz esconde reflejos totalitarios.

La politización del Cabanyal, sectaria e interesada, sólo perjudica al propio barrio y a sus propios vecinos. Vecinos a lo que Carmen Alborch trata de confundir y a la postre valerse de ellos. El barniz de su insidia.

3 comentarios:

Óscar Pardo de la Salud. dijo...

Julio estás equivocado, en el 1988, se dejó abierto el tema de la prolongación a futuras decisiones, no se decidió la apertura del vial, ni el derribo del Cabañal.
Pero además hay que sumar la dejadez, el abandono y la desidia a la cual el gobierno de Rita Barberá ha sometido al barrio del Cabañal, para que la única salida a su situación sea el derribo.
Por último cuando hablas de los sueldos múltiples, también te equivocas, Carmen Alborch, cobra del Senado, no del Ayuntamiento, Rita Barberá, cobra del Ayuntamiento y de las Cortes Valencianas por ser diputada.

Gracias.

Julio Cob dijo...

Oscar, si en los últimos 12 años no hubiese habido ningún parón judicial, es muy probable que estarías disfrutando de un barrio limpio y lleno de vida, sobre todo en su parte central. Que cada palo aguante su vela.

Y de la vida de Carmen Alborch en Madrid y Valencia y a gastos pagados más otros complementos, pues mejor para ella. ¿No te parece?

Óscar Pardo de la Salud. dijo...

Bueno pero si criticas lo de los sueldos quéjate de que Barberá si cobra de dos Instituciones, y te aseguro que no poco.

Con respecto a la Justicia, estamos en un Estado de derecho, y si un ciudadano siente que está desamparado en el mismo tiene toda la potestad de presentar acciones legales.
A mí tampoco me gustaría que me echasen de mi casa por 12.000 euros, y ahí te las apañes...

Y como valenciano, siento que el Cabañal es un barrio precioso, el histórico barrio de pescadores de Valencia, y no entiendo que se defienda derribarlo, ni desdibujar su morfología.
Imagina que ahora les dan por tirar el Miguelete para hacer una avenida desde el Ayuntamiento hasta el río.

Te recomiendo un paseo tranquilo y pausado, por el barrio del Cabañal verás que sitio más bonito para vivir, cerca del mar, bien comunicado, dentro de Valencia, y junto a las universidades. Éste es realmente el problema su idónea localización, y lo que ha conllevado a la desmesurada especulación urbanística.

Un saludo