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10 enero 2010

¿De la Guerra Civil? ¡Nunca Maís!

de la guerra civil

¿Que qué le pido yo al año 2010? Aparte de mi petición en carta dirigida a los Reyes Magos que ya conocen, mi respuesta es la que dicha grosso modo, queda arriba citada.

Y en razón a ello, si por los caprichos del azar o porque hayan buscado expresamente este Bloc y se encuentran ante él, sea cualquiera la causa que les induzca a ello, si acuden al buscador de esta ventana, ya con más de cuatro años de vida y teclean las palabras de “guerra civil”, verán que les sobran dedos de la mano para contar las ocasiones en que la he mencionado. Su episodio prefiero olvidarlo, ante la vergüenza que me produce ver hasta dónde es capaz de llegar quien se considera ser humano al cometer las ingentes villanías llevadas a cabo dentro de las ciudades, lejos de las trincheras.

Lugares estos en los que residió lo que de noble había entre quienes convencidos, se enfrentaban al logro de una España que anhelaban mejor.

Y debo mi apuesta firme por ignorarla, a que la inmensa mayoría de mi generación habíamos entendido ya desde las décadas de los sesenta y de los setenta, ratificado después en los años de una ejemplar transición democrática y aceptado a la postre por un enorme sector del pueblo español, que estando todos de acuerdo en la mirada hacia un futuro mejor, y aceptando que en la guerra incivil se dieron escenarios de vileza humana, había pues motivos más que sobrados para que pasaran al olvido las páginas de tanto horror.

Sin embargo y pasados los años, Zapatero que si en lo económico ha sido un desastre y en lo político se ha dedicado a motivar a un nacionalismo paleto cuyo único credo es el de la mentira con el estandarte de la deslealtad, y en lo social ha utilizado técnicas propias del farsante, que a nadie le quepa duda que caerá sobre él y como una losa, la responsabilidad de haber reavivado el odio de rescoldos apagados con rociadas de falsa justicia. Porque no sólo ha ocultado las vergüenzas de los que fueron sus correligionarios, sino que negándolas, se ha cebado al mismo tiempo con los que en aquellos años eran contrarios. En la actualidad, nuestro Presidente, más que nuestro sólo suyo, siente el orgullo de haber contribuido al engaño de una juventud ignorante sobre la verdad de aquellos años, merced a la patente de corso que le otorga el silencio irresponsable de los que muy bien saben y al mismo tiempo callan, lo sucedido a lo largo de toda una década, aquella de los treinta.

A una transición labrada por la mano de políticos honestos, la inmensa mayoría de ellos hijos del franquismo, tanto a la diestra como a la siniestra del arco parlamentario, que con sentido de Estado sabían de España, se unieron los exilados que con la mano extendida aceptaron un proyecto común venciendo las dificultades que surgieron de ambos extremos.

Y ya pasado éste periodo que nos llenó de orgullo, unas frases lapidarias propias de Zapatero, han favorecido los intereses de una secta adicta al emponzoñamiento facilitado al mismo tiempo por la ignorancia latente en el pueblo español. Pueblo español hábilmente dirigido hacia la televisión basura, planificando en la juventud la cultura del polvo fácil e irresponsable, el pase de curso con suspensos y el botellón desbocado. Y para ello se está utilizando a lo mediático y a su servicio: una cohorte de tertulianos ávidos de intereses cortesanos ante cualquier ocasión que se les presente, y que bajo sus caretos de falso progresismo, esconden el sectarismo más radical.

Sectarismo radical también el de una parte de la clase política más interesada en retrotraernos a tiempos que debieran estar olvidados -porque así lo desea la inmensa mayoría del pueblo español- y que vive del cuento gracias a su escasa y en ocasiones nula representatividad, pero hábil en el manejo del vocerío y de la insidia, (también muchas veces de la violencia) pero que finalmente tendrá el desprecio de las urnas y el abandono de sus escaños.

No tengo ninguna duda de que la inmensa mayoría del pueblo español nada quiere saber de aquellos años que jamás debieron existir, ni como tampoco que se repitan, por lo que sería deseable que ese cubil de nefastos personajes desapareciera para siempre.

Y nunca he querido ni quiero hablar de la guerra civil, pero hago ahora la excepción en aras de que en el año ya iniciado se cierren, ya de una vez por todas, las páginas de ese libro pese a la dificultad existente debido a la mezquindad de unos cuantos mangantes que desean siga abierto.

6 comentarios:

damián dijo...

Creo que la ley de la memoria histórica abarca más allá de la guerra civil. También alcanza la posterior dictadura.
En toda Europa se han criminalizado las dictaduras y se ha hecho pagar por ello, así como reconocer a las víctimas. En España, lamentablemente, esto no ha ocurrido y ahora que se ha intentado algo en ese sentido, la derecha no quiere ver el desastre y el genocidio que cometió durante cuarenta años y prefiere que lo olvidemos.
El silencio no cierra las heridas. Debemos reconocer a los exiliados, asesinados y torturados y los represaliados por el régimen fascista, así como a aquellos/as que lucharon desde la clandestinidad, jugándose la vida por la libertad de los españoles.

Si de verdad la derecha ama a España, deberia condenar a un régimen que la destrozó.

Julio Cob dijo...

Damian, y la izquierda pedir perdón por la responsabilidad que tuvo en que aquello ocurriese; que la tuvo y mucha.

Pero...de la Guerra Incivil, ¡Nunca maís!

damián dijo...

Vamos a ver, está usted diciendo que la culpa de que unos militares se sublevaran contra la forma de gobierno que el pueblo eligió, fue en parte de la izquierda?

Usted me perdonará, pero eso es una aberración, al igual que lo es decir que la culpa de que ETA ponga una bomba la tiene el gobierno y el estado.

En estos casos la culpa es del que emplea la fuerza violenta.

Además le recuerdo que la ley de memoria histórica hace especial énfasi en la dictadura y no en la guerra (donde uno mataban a otros).
Me va usted a decir que los miles de asesinatos de la dictadura son culpa de los obreros por estar en las listas de afiliados a sindicatos; de los intelectuales por serlo; de los homosexuales también por serlo; de anarquistas, comunistas, socialistas, nacionalistas, etc, también por serlo? Y de aquellos que mataron solo por sospechar de ellos?

Aquí hablamos de una dictadura que cometió una barbarie y sus reponsables quedaron impunes y sus víctimas olvidadas en las fosas como si fueran animales.

Sólo hay que ver como todavía hay gente que tiene antecedentes penales de la dictadura por ser "rojo y traidor a la patria".

Vergüenza deberiamos sentir todos los españoles, seamos de izquierdas o de derechas.

Iván dijo...

Damián,al parecer la milicia republicana estaba compuesta por hermanitas de la Caridad. Barbaridades se hicieron en ambos bandos. Y la partidista Memoria Histórica debería reconocerlo.
Me da la sensación de que debes ser muy joven. Te lo dice uno con la familia machacada por los nacionalistas.

damián dijo...

Iván, insisto en lo anterior. ¿Quién se sublevó contra el gobierno electo?
Queda bastante claro que durante la guerra hubo atrocidades por parte de los dos bandos. Pero insisto en que la Ley de Memoria Histórica se centra en la dictadura, pues al contrario que perdonar a los contrarios (como buenos católicos que eran), los machacaron durante cuatro décadas.
Hasta la mismísima Iglesia (partícipe de la dictadura) llegó a reflexionar y advirtió a Franco que aquello no se estaba conviertiendo en la paz que deseaban, todo al contrario; en venganza contra todo aquello que oliera a "rojo".

Sobre lo de tu família, pues lo siento. Creo que casi todos tenemos antepasados que muerieron en la guerra en un bando o en el otro. Pero lo más triste es que haya quien tiene en su familia asesinados y torturados después de la guerra.

Tanto cuesta reconocer aquello?
Yo soy de izquierdas y me opongo totalmente a cualquier forma de dictadura, sea de derechas o de izquierdas.

A veces hay que aceptar los errores de tu propia ideología.

Julio Cob dijo...

Damían: ¿te suena la frase: quien no conoce su pasado está condenado a repetirlo?

La pregunta no es quién se sublevó contra el gobierno electo, que imagino aludirás a la fecha de Julio de 1936, porque no creo que te refieras a la de Octubre de 1934cuyo alcance seguramente ignoras o quizá evitas.

La pregunta que debemos hacernos y tú sobre todo, es por qué se sublevaron y qué es lo que sucedió en España desde el 11 de Mayo de 1931, veintisiete días después de la proclamación legitima de la II Republica hasta el 17 de Julio de 1936 cuando desde el propio Gobierno, se asesina al líder de la oposición.

De seguro que si te hicieras esa pregunta y profundizaras en ello, verías las cosas de forma distinta. Pero para eso hay que ¡querer saber!.

¿Qué hechos sucedieron en ese periodo de cinco años? Esa es la pregunta que la Memoria Histórica también debería contemplar en beneficio de la juventud actual, porque si no, se convierte en Mentira Histérica manipulando de forma malintencionada como se ha hecho en los últimos treinta años.

Te recuerdo que precisamente en esos cinco años anteriores a la Guerra Incivil, intelectuales republicanos
criticaron a la propia República en la que habían dejado de creer.

Pero me dirijo especialmente a mi escrito y del que no quiero salir: De la Guerra Incivil, ¡nunca Mais!