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11 mayo 2013

UNA JUSTICIA DE CAPA CAÍDA

una justicia de capa caida

De la fachada de la Ciudad de la Justicia se han desprendido unas placas que al reventar sobre el suelo y a modo de metralla, han causado heridas a unas pocas personas, al tiempo que por escasos centímetros otro paseante ha salvado su vida.

¿Se desmorona pues la Justicia? ¿Accidente? ¿Metáfora? Tómenlo como deseen. Pero lo cierto es que la Justicia en nuestros días no satisface a nadie, tanto en cuanto sus pasos son lentos, lentísimos las más de la veces, o por la vía rápida cuando interesa, o por el de la ocultación.

Y la causa principal de este desvarío que tanto da que hablar, no está en su Código Penal cuya aplicación corresponde por igual a todos los jueces, independientemente de su ideología que por cierto la tienen y que debieran obviar. Ellos, los jueces, más que nadie.

¿Qué es eso de “Jueces para la Democracia”, o “Jueces Conservadores” o “Jueces Progresistas? ¿No sé les cae la caras de vergüenza a unos y a otros?

Pero la cuestión está clara: El Código Penal debe proteger a todos por igual. Sin embargo,  de la misma forma que las placas de la fachada judicial ponen en peligro a quienes acuden a su recinto, vemos, que por parte de los Jueces, el cumplimiento de su exigencia les importa un pepino, dicho sea en “roman paladino”.

Como cuando el Constitucional tardó cuatro largos años enmarañados en la consideración de Cataluña como nación, cuando lo cierto es que menos de lo que canta un gallo podían haber fallado su sentencia. La única conclusión razonable a este desvarío es la de que sobra el Constitucional con la presencia del ave.

Por la vía rápida y contando los días con los dedos de dos manos desde el día del registro de su denuncia, fue absuelto por la Justicia valenciana el diputado autonómico Ángel Luna por un delito prescrito, mientras que hemos visto dilatar en el tiempo a otro diputado (merced a las cloacas por las que se mueven los jueces) que siendo finalmente absuelto, aún han seguido machacando sobre su persona en un proceso inquisitorial que para nada ha necesitado del fallo final de la Justicia. Estaba sentenciado de antemano.

Y de casos en uno u otro sentido están las hemerotecas llenas. Cuando ha interesado, con multitud de portadas, mientras que en otras ocasiones han sido alojados las corruptelas en pequeñas columnas sitas en el interior de sus páginas escondidas.

Una Justicia que se desmorona, sí; porque está y en especial al servicio de quienes la utilizan para lograr sus más perversos propósitos, dejando estos de lado el cumplimiento de sus obligaciones para las que fueron elegidos, a sabiendas de que independientemente del fallo final, su pretensión no es otra más que la de manipular a la opinión pública como un logro cantado.

El intento de reabrir un caso juzgado y sentenciado después de seis años al empuje de un programa televisivo, Salvados, más cercano a la telebasura que a cualquier otro cultural, que dicho se de paso escasean, es el más claro reflejo del marasmo en el que vive una parte de nuestra sociedad, que como la Justicia, se olvida de la existencia de un Código Penal y actúa de acuerdo a sus intereses partidistas.

Y por supuesto, con el finiquito de una independencia judicial, rota y desquebrajada, que como las losas de la Ciudad de la Justicia irrumpen a pie de calle ante una ciudadanía que ha dejado de creer en un Poder Judicial por sus propios errores.

3 comentarios:

Marcos dijo...

Lamentablemente, hoy por hoy, la política contamina cuanto toca.

José Luis Aroca Hernández. dijo...

Mi opinión es que es una verguenza de justicia.
Ver como gente famosa salen impugnes de imputaciónes o delitos y quien compra comida o pañales de una tarjeta de creditoque no era suya para su bebe,no la metierón en prisión de milagro.
Que constitución tenemos,somos iguales ante la ley,mentira gorda.
Parece que vivamos en una dictadura.

Julio Cob dijo...

La Justicia actual es inutil, inservible de la mano de unos jueces majaderos que se pasan por la entrepierna el Código Penal. Su único horizonte es el politicamente correcto. Ver que una organización terrorista ocupa puestos institucionales, ya nos habla de qué pasta están hechos unos jueces alojados en un Tribunal Constitucional que lo es corrupto. ¿Cómo va a extrañarnos la existencia de la actual situación que vivimos.?