Haberlo haylo, de quien dicen que le han regalado unos cuantos trajes. Haberlo haylo, de quien se ha enfundado millones de euros en los últimos años, bien de fuentes directas e interesadas como pago a su encomienda, bien de fuentes corruptas tal y como conoció la opinión pública en la llamada “Operación Pretoria”. Corruptela que pese a los millones de euros que en ella se esconden, el alcance que ha merecido su divulgación en la prensa adicta a Zapatero ha estado en proporción desvergonzadamente inversa a unos supuestos regalos en forma de trajes de escasa cuantía, que por otra parte aún están por demostrar.
Supuestos regalos que sin pruebas de las que valerse han ocupado las páginas de la prensa todo el tiempo que han necesitado quienes procuran el desprestigio ajeno. Estrategia la del Gobierno ZP basada para ocultar su propia incompetencia, descafeinar las corruptelas de sus propios ministros escondidos entres ERES y plumas de faisán, utilizando el ariete de la mentira y el spray de la difamación, como hemos visto y comprobado desde el primer día que Zapatero se encontró en el interior de la Moncloa.
Haberlo haylo, decía, y de nombre de pila Eliseo Climent, el antenista furtivo, el mayor mercader del reino y el galáctico de la subvención, cuyo único objetivo es el de la catalanizacion de una Comunidad en la que no cree, que está viendo cómo se le cierra el grifo del que ha chupado muy satisfecho durante ya muchos años a sabiendas de que en sus intoxicadas aguas estaba presente el germen de la infección, pero que con la vacuna de los millones en sus venas, él se veía a salvo y con el riñón bien cubierto.
Ignoro lo que habrá de cierto en el cambio anunciado en el actual Gobierno de la Generalitat de Cataluña con su deseo en boca de sus primeros espadas de llegar a acuerdos con el Gobierno valenciano, al tiempo que anuncian postergar al olvido al “antenista furtivo”, quien, por otra parte, quiere desprenderse de su chatarra. Lo deseable pues, se funde con la duda que nos suscita, dado los antecedentes que todos conocemos.
Una firme y obligada decisión del Gobierno catalán, ésta de ahora, al entender de una vez por todas que no se puede estar al lado de quien infringe la ley y que así debiera haber sido desde el primer día en lugar de dirigir partidas millonarias hacia una Comunidad que le es ajena, puestas en las manos de un hombre en su función quintacolumnista y a quien le cedieron el dominio del timón.
El tiempo dirá el respeto que se merece quien en lo que parece un giro de 180 grados anuncia una concordia tantas veces ultrajada por sus propias actuaciones.
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