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23 mayo 2011

EL MUY HONORABLE FRANCISCO CAMPS Y RITA BARBERÁ: LA ALCALDESA DE LOS VALENCIANOS

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Sinceramente, creo que nadie se atreva a cuestionar que la pera es el fruto del peral, tal es su obviedad. Al igual sucede con el resultado de estas elecciones en las que la mayoría absoluta conseguida por el Partido Popular, tanto en las Cortes Valencianas como en la Alcaldía del “Cap i Casal” es el fruto de las urnas, tal es su obviedad.

Sin embargo, el hecho de plantearlo así, tan sencillo, es tapar las ojos a la realidad que ha hecho posible tan rotundo triunfo mirando hacia otra parte.

No es el árbol del peral el que se decide por dar su fruto. Nada más lejos de la verdad. Fue en su día la firme decisión, personal o familiar, de introducir bajo la tierra un determinado germen para lograr el fin deseado. El que lo hiciera posible está en la semilla del fruto elegido, el que se supone y se pretende sea de la mejor calidad y no en el árbol que si a la sazón y al crecer está ausente del mejor cuidado, sólo puede dar el fruto amargo de la derrota.

Cuando el socialismo valenciano optó por la semilla de la mentira, de la insidia, de la calumnia permanente, del doberman tantas veces utilizado, de su caminar por las cloacas, de la cacería organizada, del maquiavelismo rubalcabiano, del servilismo al ignaro de Rodríguez Zapatero y de tanto engaño al ciudadano, al mismo tiempo que actuando en contra de los legítimos derechos de una Comunidad que se ha visto ninguneada, incluso siendo víctima de la acción prevaricadora de un Ministro de tan mal gobierno, a nadie pueda extrañar que ante tan dañina semilla, el fruto recibido sea justo el que se han merecido.

Ángel Luna ha hecho un gran daño a un partido falto de liderazgo, al igual que lo han hecho quienes le han jaleado. Irreparable quebranto fruto de la incompetencia y de la falta de dignidad de quien para juzgar a su adversario político el único dato obtenido es el fruto de escudriñar su propia faz ante el espejo.

-Sr. Luna: no puedo condenarle -dejó escrito el juez- su delito está prescrito. Pero él lanzó la piedra de su mentira: la de su mezquindad.

! Váyase Sr. Luna !

Se lo digo por su propia dignidad, si es que la tiene. Y guarde de ella aunque sean algunos gramos para pedir perdón al Muy Honorable Presidente de la Generalitat una vez sea absuelto de todas las infamias que Vd. y su partido le han lanzado. Pero de seguro que tal dignidad ni está en su agenda, ni en la de quienes le apoyan.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tanto Francisco Camps como Rita Barbera van a seguir gananado durante mucho tiempo con una oposición que basa sus haceres en difundir calumnias y en oscuros entresijos