Chimo Puig, el morellano y flamante Secretario General de PSPV se ha decidido por darse un paseíto por la ciudad de Valencia con el objetivo de reunirse con las diferentes instituciones existentes en el “Cap i Casal” del “viejo reino valenciano”, muchas de ellas provenientes de la época foral, como imagino lo hará con el “Consulat del Mar”, el primer tribunal de esta condición en España, creado por Pedro I el Grande en los últimos años del siglo XIII.
Ha visitado el Monasterio de San Miguel y de los Reyes, lugar donde en la actualidad tiene su sede, en espera de su destino definitivo, la Academia Valenciana de la Lengua.
¡Mira que si se le ocurre preguntarles de cual!
Es increíble que destaque de su visita las “malas sensaciones” recibidas, toda vez que durante un largo periodo de tiempo fue un presidio donde estuvo encerrado su abuelo.
Por lo visto, quien quiere marcar una nueva impronta en su partido, recurre al habitual y siniestro (en su acepción que indica parte o sitio) comentario, tantas veces utilizado en sus diversas formas, más bien en busca de una renta vitalicia y electoral, y ansioso de conseguirla retrocediendo a una época que la inmensa mayoría de los españoles tiene olvidada, pero que, sin embargo, los sectarios de siempre prefieren refrescar.
Con seguridad, a su salida de Blanquerías para su paseíto institucional, nada le ha dicho el próximo Colegio del Sagrado Corazón de Jesús en la calle Muro de Santa Ana, ni la vieja casa de la calle Grabador Esteve más adelante, buscando la de Sorní camino al Ayuntamiento, como cuando al llegar al cruce de Jorge Juan frente a la Casa de los Dragones, nos gustaría saber si le ha traído alguna “mala sensación” el chaletito enfrente; al igual que siguiendo la ronda y al llegar a las Torres de Cuarte y ya de regreso a su “cuartel”, al tener cercana la Plaza de Santa Úrsula, esta iglesia le trae algún recuerdo del tipo que fuere.
Probablemente no, y si ello sucede, pasará de largo en rápido itinerario, como si nada hubiese sucedido, pues nada le interesa.
Igual el nombre de Loreto Apellániz García le suena y algo le dice, aunque con toda seguridad, de así tenerlo en cuenta, será para ponerle una corona de laurel como símbolo de paz.
¡Y con la que está cayendo! Y Zapatero entre algodones.
2 comentarios:
Parece mentira que haga Vd. ese comentario, rezuma odio por todas partes, para Vd. solo hubo checas, no me extraña su visión del mundo tan envenada por intereconomía y los trompeteros de la falacia.
Es la última vez que entro en su blog, no me interesa su veneno, pero por favor, no intoxique por todas partes.packce
¿Odio?
Sus palabras no sólo le delatan, sino que hablan por si solas.
Hasta pronto.
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