El problema que tiene Enric Morera es que se considera imprescindible; y con él, tapa al principal por el que trabaja.
Ni el Partido Popular, ni el Partido Socialista del PV (que irá mejor cuando alguna vez lo tenga claro), por su condición de partidos españoles y españolistas, según él dice (en este caso es Morera quien por lo visto tampoco lo tiene claro) ninguno les satisface sus anhelos y por ello contra los mismos lucha, aunque con peor nobleza y con mucha mezquindad según sea el lado, que, por cierto, ya se imaginan cual.
Y por supuesto, piensa que es en éste campo, todo él en barbecho, donde tiene sus adeptos; sabedor también de que su principal simiente es la ignorancia y donde por tanto mayor caza puede lograr.
Sin embargo, todo es casual. Pues por muy españolista que sea el partido socialista que se dice valenciano, al final le dará su voto si es de necesidad. Sin duda un sagaz falsete que no tiene nada que ver con los de “los tres tenores”, aunque en busca del trío vaya.
Que no todo el monte es orégano y Morera lo sabe. Por eso, y por su decisión en dominar el corral, que al fin y a la postre en ello se convertiría llegado el caso, tal y como hemos visto en idéntico escenario, sabe que en otro andurrial (por otra parte terreno hostil en sus interioridades y por ínfimos que sean sus credenciales logradas con el recurso de la mentira en su mayor grado) cuenta llegado el caso con su ayuda para lograr las rentas necesarias que le conduzcan a buen puerto.
Que lo suyo es manipular, en Enric Morera digo, con enredos y trapisondas con cualquier invento suyo, primero para crearlo, después para criticarlo. Sólo hace falta escuchar, que no oír, sus palabras para saber de su alcance, al tiempo que sus habituales seguidores lo ven como guía y “norte”; lo que en su encantamiento les encanta.
Poco le importa, tanto en cuanto, la mayoría de los ciudadanos valencianos fijan sus miradas en otros objetivos de mayor necesidad, que él seguirá soñando con sus fines, que no son otros que bajo el paraguas de los del “norte” optar por una madre patria que ni está ni se la conoce.
Ante tanto vacío de identidad y como madre no hay mas que una y “a Vd me lo encontré en la calle”, su desconcierto sólo le servirá para seguir viviendo del cuento, con muy buena paga y jornal y que pase lo que dios quiera. Con minúscula, por supuesto, que estamos en un estado laico y no sea que vayan a tildarle de anticonstitucional.
Aunque ya se sabe, si los programas no son para cumplirse, según un viejo proverbio socialista, igual, el Enric, cuando le interesa se pasa la Carta Magna por la entrepierna, aunque en ninguna ocasión lo haga para ocuparse de sus prebendas económicas, salvo que sea para aumentarlas.
Que aunque estamos en crisis le hace falta la pasta, solucionando llegado el caso su principal problema.
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