Rancio, muy rancio ha terminado el Congreso del PSPV que, celebrado en Alicante, se ha visto obligado a recurrir a la vieja guardia para sustituir al “Curita de Alacuás” quien hasta última hora, imanado al púlpito, ha fustigado con soflamas de culpa a todos los presentes desde la soledad en la que se ha encontrado en sus cuatro años, pero con el timón en sus manos. Así lo ha dicho.
Emerge al segundo puesto la Srta. Pajín, quien ignoró a nuestra Comunidad cuyo único usufructo ha sido el del cambalache enfrentándose a Alarte con quien ganó su pulso en la arena de Benidorm.
Buena es ella. De Ministro galáctico de un partido en bancarrota a otro roto por la mitad del que se aprovechó un día para su pretensión senatorial ignorando la “prueba del algodón” a la que no quiso rebajarse.
¡Qué se habrán creído esos de la Comunitat!
Lo peor de Ximo Puig no es que se haya convertido en Secretario General del PSPV, no, lo más lastimoso es la inexistencia de un tallo fresco, joven y a la vez con la suficiente fuerza como para que desde un punto y aparte conduzca una nave a la deriva, dotándole de los aires necesarios para que la ciudadanía valenciana que un día le fue fiel, vuelva a sentirse identificada con un partido que desde hace ya muchos años olvidó su identidad, mientras tomaba un rumbo falso, despreciando su legado.
Acosados por babor, por donde pierden fuerza, no se les ocurre otra que el recurso radical que les alivie de una amenaza cada vez mas intensa, en lugar de fijar su nave atenta al palo mayor desde el que se observa una realidad social y económica a cuyo debacle tanto ha contribuido el PSOE de cuyas ubres se abastece.
Ximo Puig, “el tigre del Maestrazgo” llega al Cap i Casal apoyado en sesenta y nueve remeros. Espero que su cuantía sea casual y no con la intención del engaño –al que nos tienen acostumbrados- dicho sea por su imagen que por mucho que rote su posición siempre albergará la duda. Su equipo, de alcanzar los setenta, sería más rotundo, sin vacilaciones y a su vez aliviado de otras connotaciones de manifiesta frivolidad.
Y si de paso se viera en él la intención de volver al albero de la política, aparcando de una vez por todas, la receta de la insidia, del insulto y de la manipulación, bienvenida ésta sea.
Bienvenido sea pues. Y si nada tiene de “tigre” mejor para él y para su partido. Que buena falta le hace.
2 comentarios:
Ahora aparecerá, de nuevo, el acartonado Lerma y sus viejos incondicionales.
Julio, se me pasó firmar el comentario precedente. No hace falta que te diga que soy yo.
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